Aunque el zinc no tiene NADA de nuevo, cada vez se habla más de este mineral. En gran parte porque hace maravillas con la piel de forma holística. Por eso es utilizado para tratar la rosácea , la dermatitis y el acné. Te explicamos todos los detalles.
Los beneficios del zinc: el ingrediente anti-edad, anti-acné y anti-manchas
¿Cómo funciona?
El zinc tiene la capacidad de limitar la sobre-producción de grasa mientras estimula la producción de colágeno y elastina y, al ser un poderoso antioxidante, inhibe los efectos negativos de los radicales libres y el estrés oxidativo. También hay estudios que demuestran que el zinc puede inhibir los factores que provocan la hiperpigmentación, la sobre-estimulación de las hormonas, las cicatrices y el daño solar.
Esto se traduce en beneficios (muchos beneficios)
Al limitar la oleosidad, se disminuye la probabilidad de que se congestionen los poros y se formen granitos. Al estimular la producción de colágeno y elastina se refuerza y rejuvenece la piel, se disminuyen las arrugas y se estimula la firmeza. Al proteger la piel de los radicales libres se inhiben los efectos de la contaminación. Por último, también ayuda a emparejar el tono y disminuir las manchas. Es como un tratamiento todo-en-uno: anti-edad, anti-acné, anti-oxidación y anti-manchas.
¿Qué tipos de piel se benefician de él?
En realidad, el zinc funciona bien con cualquier tipo de piel, incluyendo las sensibles. Las únicas personas que NO deberían de usarlo son las que tienen alergia al zinc.
¿Cómo incluirlo en tu rutina?
El zinc es mucho más eficaz cuando lo usas como un complemento y se apoya con otros ingredientes beneficiosos para la piel. En qué paso de tu rutina lo usas depende totalmente de tí y de lo que buscas: un tónico o un suero para una dosis más intensa o una crema para algo un poquito más suave. También puedes usar un protector solar formulado con zinc :).