Se traduce como “agotamiento”, pero el burnout es mucho más que eso. Es cuando te sientes físicamente exhausta y hasta quedarte en tu cama implica hacer un esfuerzo; cuando tu cabeza está tan bloqueada que se te olvida cómo escribir, contestar un mail te toma 45 minutos (si es que lo logras) y las acciones más sencillas del mundo, como escoger una nueva serie en Netflix o recoger tu ropa del piso, parecen las tareas más extenuantes. Básicamente es cuando tu cuerpo se rinde ante el cansancio extremo, físico y mental al que lo has llevado por no parar.
Claro que no podemos renunciar a nuestro trabajo e irnos a vivir a Bali el resto de nuestras vidas, pero lo que sí podemos hacer es adoptar ciertos hábitos que nos ayuden a combatir los síntomas y a regresar poco a poco a la normalidad. Así que, ahí les va todo lo que he investigado junto con los mejores consejos, personales y de expertos, para sobrellevar el desgaste físico y mental.