Son pocas las personas en este mundo que siempre tienen ganas de hacer ejercicio. De hecho, la gran mayoría, nos tenemos que obligar a hacerlo. Pero no tiene por qué ser así cada vez que hacemos ejercicio, ya que hay formas sencillas que motivan a cualquiera. Pruébalas y verás el cambio.
1. Fíjate en tu proceso
No, Roma no se construyó en un día al igual que tus abs no se van a marcar después de una rutina. Pero eso no significa que tu esfuerzo y desempeño no mejore cada día. Cada vez que repitas un movimiento, pon atención y fíjate en cómo haz mejorado. Al darte cuenta de que tu dedicación y disciplina están funcionando, te vas a esforzar aún más.
2. Comparte tus esfuerzos
No lo tienes que subir a Instagram ni gritarlo por el mundo si no quieres. Platícale a tus amigos, mándales fotos de tu sudor post-workout o screenshot de la rutina que hiciste, lo que sea. El chiste es que valides tus esfuerzos y alguien más te ayude a aplaudirlos.
3. Consiéntete un poco
Suena raro, pero una pieza de athleisure nueva te va a cambiar el mood por completo. Metete a diferentes páginas online y busca una o varias piezas que te fascinen. No tienes que renovar tu clóset de ejercicio por completo, simplemente regálate unos leggings o un sports bra para celebrar tu esfuerzo.
4. Encuentra lo que te gusta
No te tienen que gustar todos los tipos de ejercicio ( cardio , fuerza, flexibilidad, etc.). Lo ideal es que encuentres el que te fascina. Es así de sencillo, si encuentras algo que te gusta, siempre tendrás algo que te motiva y te anima a moverte un poco. Así es como se empiezan los hábitos.
5. No te olvides de calentar y enfriar
Es un consejo totalmente diferente a los demás, pero es el más importante. Al calentar antes del workout y enfriar después, evitarás que te duela todo el cuerpo al día siguiente. Si no te duele todo, por ende, vas a seguir súper animada a darle todo a tu vida fit. OJO: que no se te olvide la importancia de descansar . <3