Si alguna vez haz estado en #RunTok, has escuchado que el 80% de tus corridas deben ser lentas y suaves. Porque para correr rápido necesitas correr lento; suena paradójico pero realmente es la clave del éxito. Te explicamos todos los beneficios de llevártela leve y una guía infalible que te ayudará a correr lento y disfrutar del proceso.
La guía infalible para aprender a correr lento. Sí, ¡LENTO!
Correr lento es esencial y te ayudará a mejorar muchísimo
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Los beneficios de correr lento
Cuando empiezas a correr, necesitas acostumbrar a tu cuerpo y mente al movimiento y crear y mejorar tu base aeróbica (una forma científica de decir que necesitas acondicionar a tu cuerpo al cardio). La forma más efectiva de hacer ambas cosas es corriendo lento y suave. También es importante incluir corridas lentas dentro de tu rutina para que la recuperación sea más sencilla y rápida. Y, aún más importante, te darás cuenta de que cuando corres lento, disfrutas del proceso aún más.
1. Deja a un lado el ego
Seamos honestos, se siente padrísimo correr rápido y sube mucho el autoestima conseguir un récord personal de velocidad, pero no es lo que buscamos para estas corridas. Así que, respira profundo y deja a un lado el ego y la voz en tu cabeza que dice que solo cuenta si vas rapidísimo. Y recuerda que mientras más lento corras, más récords personales vas a poder hacer en el futuro.
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2. Corre por tiempo, no distancia
Cuando ponemos una meta de distancia, queremos correr más rápido para terminar lo antes posible. Muchas veces, corremos más rápido de lo que debemos y queremos llorar a los pocos minutos. Mejor, determina una meta de tiempo; da igual si son cinco o 120 minutos , el chiste es que sea una meta alcanzable. Ahora sí, llévatela leve y lento para disfrutar cada minuto de run en vez de sentir que vas a vomitar.
3. Tienes que poder platicar mientras corres
Una de las formas más sencillas de saber si estás corriendo lento y suave es que en cualquier momento puedes mantener una conversación. Cuando estés corriendo, haz la prueba: puedes hablar sola, platicar con tus amigos runners, mandar una nota de voz o marcarle por teléfono a tu mejor amiga. Si te está costando mantener la conversación, bájale a la velocidad hasta que te sientas cómoda platicando.
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4. Olvídate de checar tu ritmo
Obsesionarte con checar tu ritmo es contraproducente y, muchas veces, frustrante. Así que, olvídate de tu reloj, olvídate del celular, olvídate de Strava y todo lo demás. Lo único que importa durante los runs lentos es cómo te sientes; la velocidad es indistinta.
5. En todo momento, tienes que sentir que podrías correr más rápido y más lejos
Otra forma de darte cuenta de que llevas un buen ritmo es que debes sentir que puedes empujar más. Si sientes que podrías ir más rápido y que podrías correr más tiempo del que programaste, no cambies nada; lo estás haciendo perfecto. Cuando termines de correr, debes sentirte mucho más energizada que cansada. :)
6. Escoge la playlist correcta
Aunque sientas que necesitas una playlist super intensa, es importante que optes por escuchar canciones más lentas. ¿Por qué? No es por arruinarte las ganas, es porque el cerebro trata de igualar los beats por minuto de la canción con tu ritmo. Así que, escucha música más suave y lenta, un audiolibro o un podcast. Lo que sea que no te acelere.
7. Haz intervalos caminando y corriendo
Si de repente empiezas a correr más rápido y sientes que todo se está saliendo de control, tómate una pausa y camina hasta que sientas que tu ritmo cardiaco regrese a lo normal. Ahora sí, vuelve a empezar a correr lo más lento y suave que puedas. Sé que caminar durante un run se siente como si tiraras toalla, pero todo lo contrario; caminar te ayudará a disfrutar más del proceso y te ayudará a correr muchísimo mejor.
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