Levanta la mano si tú también sientes que vas a vomitar después de hacer 5 minutos de cardio. Es horrible, como que te falta aire, te duele el cuerpo completo y tu estado de ánimo se cae al piso cuando te das cuenta de que todavía ni empieza la parte intensa del ejercicio. ¿La solución? Regresar a cero y empezar a hacer cardio suave, lenta y tranquilamente. A continuación te dejo una guía fácil para lograrlo sin odiar cada segundo del proceso.
La guía fácil para empezar a hacer cardio si odias el cardio
Los beneficios
También conocido como ejercicio aeróbico, el cardio es una actividad increíble para el cuerpo. Ayuda a fortalecer el corazón y los músculos, quemar calorías, dormir mejor, mejorar el estado de ánimo (benditas endorfinas) e incluso a prevenir enfermedades como la hipertensión y la diabetes. En pocas palabras, te hará sentir mejor a corto y a largo plazo.
Ahora, la pregunta del millón: ¿Cómo empezar?
Gradual y constantemente. Escoge un ejercicio de cardio que te guste (correr, trotar, andar en bici, nadar, bailar, remar, saltar la cuerda, lo que sea.) y empieza haciendo pocos minutos, pero hazlo diario. Conforme vayas aumentando tu aguante, aumenta los minutos y la intensidad. Al hacerlo poco a poco, no la estarás pasando fatal cada segundo ni tendrás ganas de tirar toalla con el proceso. No te preocupes si al principio sientes que no estás haciendo gran cosa, el chiste es que lo disfrutes y te animes a hacerlo diario. Conforme pasen los días, tu resistencia se elevará.
La regla de los treinta minutos
Lo ideal es que hagas treinta minutos de cardio diario para que realmente tenga un impacto positivo sobre el cuerpo. Pero no te estreses, recuerda que para llegar a esos treinta minutos puedes (y debes) empezar gradualmente. Recuerda que es importante incluir 10 minutos de calentamiento, estos van a elevar poco a poco tu ritmo cardiaco y te van a preparar bien para el cardio. Finaliza con 10 minutos de enfriamiento para relajar los músculos y evitar el dolor muscular al día siguiente . OJO: Estos minutos no se le restan al cardio, al final son 10 de calentamiento + 30 de cardio (o los que aguantes) + 10 de enfriamiento = 50 minutos de ejercicio.
Lo que a mi me funcionó…
Después de mucha investigación, decidí empezar a saltar la cuerda, pero sin la cuerda. Suena tonto, pero hacer los movimientos SIN cuerda te permite marcar tu propio ritmo y mantenerlo de forma constante. Empecé saltando 5 minutos en la tarde, conforme pasaron los días, fui aumentando los minutos y el ritmo. Todos los días, complemento mi cardio con otros ejercicios de fuerza, yoga, funcional y movilidad, dependiendo de lo que me toca. También me gusta complementar saliendo a correr suavemente -por no decir lento- durante tiempos cortos (máximo 25 minutos) una o dos veces a la semana. No voy a mentir, al principio lo sentía como el fin del mundo, pero después de un par de semanas dejé de sufrirlo y hasta le agarré amor. ;)