Si una cosa está clara es que el planeta y nuestro cuerpo sufren las consecuencias de una dieta rica en lácteos y carne. Por eso, la dieta verde es la mejor apuesta para cuidar nuestro cuerpo (a corto y largo plazo), mejorar nuestro bienestar y disminuir el impacto medioambiental . Así es, este régimen alimenticio es un todo en uno.
La dieta verde que es buena para tu cuerpo y para el planeta
Todos ganan
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¿Dieta verde?
También conocida como dieta mediterránea, no es nada loco, simplemente consiste en una dieta baja en carnes rojas (cerdo, cordero, ternera, etc.) y carnes procesadas (las que han sido curadas o sometidas a procesos para mejorar su conservación y/o sabor). Esta dieta también excluye o disminuye el consumo de los lácteos, especialmente los que tienen azúcares añadidos . En resumen: come frutas y verduras.
¿Por qué me va a hacer sentir mejor?
El consumo elevado de estos alimentos está directamente relacionado con riesgo de diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon e incluso te pueden salir caries. Por otra parte, el consumo elevado de frutas y verduras te dará una gran fuente de minerales, nutrientes y vitaminas que elevarán tus niveles de energía, reducirán la inflamación de tu cuerpo y mejorarán tu complexión (porque los cambios son por dentro y por fuera).
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¿Cómo puedo adoptar este estilo de vida?
Lo ideal es que consumas cinco raciones diarias de frutas y verduras variadas. Énfasis en la palabra ‘variadas’ porque si solo comes brócoli y espárragos mañana, día y noche, te va a volver loca. La fruta y verdura deben de formar parte de la mitad del plato, un cuarto debe de ser para cereales integrales (quinoa, avena, trigo, etc.) y el último cuarto para proteína (legumbres, frutos secos y pescado). Solo no te olvides de integrar las grasas vegetales saludables como el aceite de oliva y de que si vas a tomar agua, té o café , sea con la menor cantidad de azúcar posible.
Okay, ¿cuáles son los beneficios que verá el medio ambiente?
De acuerdo con ELLE España, al disminuir el consumo personal de carnes rojas y lácteos, se disminuye un 17% el consumo de agua, un 30% el uso de tierra y un 36% el de las emisiones de CO2. Si no puedes vivir sin la proteína animal pero te da remordimiento, puedes consumir carnes magras (pollo y pavo) 2 o 3 veces a la semana sin afectar significativamente el impacto en el medio ambiente.
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