Aunque la difundida afirmación de que “la moda es la segunda industria más contaminante después del petróleo” no tiene ningún estudio que la respalde, tampoco es ningún mito. La moda contribuye al cambio climático, y los consumidores con mayor poder adquisitivo de países como el Reino Unido , Estados Unidos, Alemania y Japón son los principales responsables.
Para que la industria de la moda se ajuste al objetivo de 1,5 °C de temperatura del Acuerdo de París, los consumidores ricos de países primermundistas deben limitar su consumo a una media de solo cinco nuevas prendas al año de aquí a 2030. Esta dura realidad fue revelada en el informe “Unfit, Unfair, Unfashionable: Redimensionar la moda para un espacio de consumo justo”.