Todos tenemos ese amuleto que nos da seguridad y estabilidad, y al cual recurrimos sobre todo en momentos de crisis como esta contingencia de salud sin precedentes que vivimos y que a todos nos genera incertidumbre. Las joyas siempre son una compra emocional, que contiene un significado profundo y personal como símbolos de amor, protección o amistad. Al ser una industria no esencial, el coronavirus ha congelado las operaciones de la moda y afectado la economía, pero además de los cubrebocas de lujo y la ropa cómoda , la joyería es una categoría que permanece relevante y activa, ya sea por su carga emocional, como un regalo a un ser querido o solo como un autoregalo que sube el ánimo y da esperanzas.
Foto: IMDb, Gentlemen Prefer Blondes (1953) Las personas tienen más tiempo de hacer un consciente pero también más sentimental, porque la joyería siempre está implicada en un nivel psicológico. Nadie compra diamantes para cubrirse del frío, sino con la motivación de satisfacer necesidades hedonistas de reconocimiento y autorrealización, que también nos brinda cierta seguridad.
Foto: IMDb, Pretty Woman (1990) A pesar de estar distanciados, queremos con otras personas y hacerles saber que nos importan. La joyería con motivos de protección, sanación o simplemente con mensajes positivos, se han convertido en un ancla material y sólida que las personas pueden tocar y sentir conexión y protección, ya sea un brazalete de la amistad o un anillo de compromiso . Justo antes de la pandemia, Cartier , cuya colección Love se basa en la conexión emocional más grande; lanzó un video de su última actualización de la campaña "How Far Would You Go for Love", que muestra una metáfora de un viaje romántico y la aventura de una vida, ejemplificando pefectamente que las emociones son el combustible de la industria joyera .