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¿Qué significa ser feminista hoy?

Aunque no es fácil contestar, esta es la pregunta que debemos hacernos día con día.
mié 08 marzo 2023 11:02 AM
(Obligatorio)
¿Qué significa ser feminista hoy?

Muchas respuestas para una pregunta. En mi transitar por esta lucha entendí que cada mujer ve y vive el feminismo de manera diferente. Ser feminista hoy significa muchas cosas. Vivir sin miedo. Serte fiel. Ser exitosa (como concibas el éxito). Ser dueña de ti y tus decisiones, pelear por lo que anhelas y dejar de esperar que los otros te den lo que necesitas. Dejar de buscar aprobación afuera. Vivir en libertad.

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Quiero empezar contándoles un poco de mi experiencia, cuando hace algunos años, el activismo se convirtió en un eje central de mi vida. En el 2017 cofundé una colectiva feminista que ofrece actividades y talleres gratuitos a mujeres y hombres, para sumar a este movimiento. Fue una experiencia bellísima y transformadora. Durante esta etapa, el feminismo comenzó a guiar mi pensamiento y, por consiguiente, mi manera de actuar, hablar, sentir, vestir, relacionarme, de vivir.

Creí que quería ser una “buena feminista”, ser congruente en la teoría y en la práctica, ser un ejemplo. Comencé a cuestionarme todo y a todos y sin ser consciente caí en un extremo en el que me volví intolerante con todo lo que fuera ajeno a mi manera de vivir el feminismo. Por supuesto que esto permeó en mis relaciones, pero principalmente aquellas con los hombres. En ocasiones era incómodo convivir con ellos y sentir la presión de defender mi discurso en todo momento. A pesar de mi esfuerzo por ser la “feminista perfecta”, fracasé. Y no lo digo como algo negativo, porque también gané.

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Después de muchos topes en la pared, terapia y conversaciones incómodas pero muy aleccionadoras, entendí y acepté que no tienes que ser la feminista que creíste o que te dijeron que tenías que ser. Entendí que puedes ser tu propia versión feminista. Con tus posibilidades y privilegios, con tus aciertos y errores, con tus defectos y virtudes. Con tu pasado, pero también con tu futuro. Con tu propia historia. Porque en esta ecuación, todo suma. Y aunque suene crudo, la realidad es que no podemos vivir peleando cada sobremesa familiar u odiando al sexo opuesto.

Todos hemos replicado algunos micro –y no tan micro– machismos aprendidos. Todxs, hombres, mujeres y cualquiera sea el género con el que te identifiques, tenemos mucho que cuestionarnos. Aprender y desaprender para hacer de este mundo un lugar menos violento, no solo para las mujeres, sino también para todos aquellos que históricamente han sido oprimidos por el mismo sistema, pues el feminismo hoy también es interseccional.

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Buscar culpables tampoco nos hará avanzar, es mejor dedicar nuestro tiempo y energía a generar acciones que desencadenen cambios positivos en las esferas de nuestra vida y continuar allanando el terreno para las generaciones futuras. México presenta avances significativos en este tema, como la disminución de la tasa de matrimonio infantil, de 1 de cada 4 niñas a 1 de cada 5, sin embargo aún 650 millones de mujeres vivas en el mundo hoy se casaron antes de cumplir los 18 años.

La política sigue siendo un ámbito dominado en forma abrumadora por los hombres, quienes ocupan el 75% de este espacio. En áreas como la salud reproductiva y despenalización del aborto estamos lejos del ideal, con solo 9 de 32 entidades donde el aborto voluntario es legal en nuestro país. El mayor desafío en México es también la igualdad de oportunidades y la participación económica que responde a la brecha salarial, ya que por cada 100 pesos que percibe mensualmente un hombre, una mujer gana 86.

La crisis económica a raíz de la pandemia fue también un golpe duro para las mujeres y aunque muchas han retomado sus empleos, la mayoría regresó a trabajos informales, con jornadas cortas y bajos ingresos. El pronóstico puede no sonar tan alentador, pero es cierto que hemos presenciado algunos de los logros ya obtenidos. Desde cosas tan comunes como votar y vestir un pantalón, hasta ocupar puestos importantes en empresas y espacios como el deporte, la ciencia y el arte.

En 2020 se registraron cerca de 80,000 mujeres marchando solo en la CDMX, mostrando el hartazgo colectivo de la desigualdad y la violencia feminicida que se vive en el país. Ríos violetas inundaron la ciudad, se sentía una energía de valentía pero también de dolor. Fue mi primera marcha y a pesar de salir de casa con mucho miedo, regresé llena de amor, compasión y mucha fuerza para seguir este camino.

Respondiendo a la pregunta inicial, para mí el feminismo hoy debe ser el que responde a mis necesidades y por ende me quite el peso de cualquier etiqueta, prejuicio y expectativa. A pesar de esto, la gran paradoja del feminismo en la actualidad es que intentamos tanto salir del molde que terminamos cayendo en otro. Acciones cotidianas y otras no tanto, nos hacen cuestionarnos qué es lo políticamente correcto cuando se habla de feminismo.

Así que está bien si permites que te paguen la cuenta o no; si quieres ser madre o no, dedicarte por completo a tu familia o ser empresaria y madre al mismo tiempo. Si tu pareja, hombre o mujer, es el proveedor del hogar, si sales o no de noche, si te vistes y hablas como tú quieras. Nada de esto te convierte en una mala feminista, solo te reafirma como ser humano.

Encasillarnos en cómo debería verse, ser o actuar una mujer, es limitarnos en todas las versiones y expresiones de quienes podemos ser. Así que esto es una invitación a abrazar a las muchas mujeres que viven en ti y a sentirte cómoda con las posibilidades que esto te brinda, y si es necesario crear nuevas. Si de algo estoy segura es que nunca dejas de vivir como feminista. Es un salto de conciencia que no tiene vuelta atrás.

La lucha hacia la libertad, igualdad, representación e inclusión continúa, desde cada trinchera, única y personal. No existen más moldes por llenar, solo el propósito de transformarnos. Reparte las tareas domésticas con tu pareja, roomie o familia, denuncia cualquier tipo de acoso, consume más películas, series, podcasts y arte creado por y para mujeres, apoya y fomenta las nuevas masculinidades entre tus conocidos, crea redes de apoyo entre las mujeres a tu alrededor. Comparte el mensaje. Sigamos participando activamente, a cada paso que demos, por pequeño o insignificante que parezca

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