Hemos pasado un buen rato leyendo las historia que los usuarios han colgado en redes sociales con la etiqueta #MeQueer. Igual como ocurrió con #MeToo, los casos de acoso, violencia o discriminación fueron compartidos de primera mano por miembros de la comunidad LGBT+ . Según la agencia de noticias Reuters, la primera cuenta en utilizar esta etiqueta fue Hartmut Schrewe, un escritor con sede en Brandeburgo quien tuiteó "Mi esposo es mi esposo y no mi amigo. #Homofobia #MeQueer". A partir de este, una tormenta de mensajes a nivel global tomaron Twitter para contar las historias cotidianas de las que personas LGBT son víctima y que van desde el abuso verbal hasta el ataque sexual y la violencia física.
Mein Mann ist mein Ehemann und nicht mein Kumpel. Wann hört das endlich auf🙄😤#Homophobie#MeQueer
— (((Hartmut Schrewe)))🏳️🌈✊ (@HartmutSchrewe) August 13, 2018
[/] El hashtag, que en español sería algo como Yo raro o Yo diferente, se ha utilizado con mensajes en español desde el 24 de agosto. Estos testimonios recuerdan a otras campañas como #MeToo o #MiPrimerAcoso que buscaban la visibilización y abrir el diálogo digital sobre temas como el machismo y la violencia ejercida a las mujeres.
Que tu vida sexual y sentimental empiece con cinco o diez años de retraso. Que te roben la oportunidad del primer amor adolescente. #MeQueer
— Víctor 🏳️🌈 (@victor_ls87) August 24, 2018
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Cuando mi hijo tenia 2 o 3 años la gente me paraba por la calle y me decian que guapo que es, va a tener muchas novias, y yo siempre les contestaba :- o novios! Nunca entendí porqué se ofendían tanto, como si fuera mala madre. #MeQueer pic.twitter.com/SFAUOmVvn9
— Sandra (@sandranavarro_c) August 24, 2018
[/] Para sorpresa de los usuarios de la red social, no son pocas las historias que pueden leerse con esta etiqueta. El efecto positivo de esta iniciativa es un sentimiento de unidad y compañía en el que los integrantes de esta comunidad descubren que esa situación, entre dolorosa y frustrante, la han vivido más personas.
Que tu pareja, que no ha salido del armario, se ponga enferma y no puedas ir a visitarle al hospital porque su familia no sabe que está enamorado de un hombre. Si se muriese, tampoco podrías llorarle en el entierro como su pareja #MeQueer
— Álvaro Cuenca 🔻 (@Alcuencaz) August 24, 2018
[/] Estos testimonios son botones de muestra de una realidad que afecta a la población mundial, donde las expresiones de la diversidad sexual están reprimidas y hasta penalizadas en más de 72 países –en ocho de los cuales se aplica la pena de muerte-, aún existe la promoción de “terapias de conversión” y el maltrato y acoso todavía habita tanto en las escuelas como en las casas a causa de una preferencia distinta a la heterosexual. En diversos contextos el prejuicio, los discursos conservadores y morales, la simple incomprensión de lo diferente, crea ambientes de violencia que, en los casos más extremos, llegan a la muerte.
Con 17 años estaba en el pueblo y salió una noticia de una agresión homófoba en el telediario. Mi abuela, de casi 90, se lamentó en voz baja, para sí, "pobres hijos, no han hecho nada y tener que aguantar eso", y mi armario, oscurísimo, empezó a tener un poco de luz #MeQueer pic.twitter.com/iaXdByZ9kf
— Otto Más 🐉 (@Otto_Mas) August 24, 2018
[/] En medio de este movimiento global, declaraciones como la del Papa Francisco donde recomienda tratar la homosexualidad en niños con un psiquiatra, son la confirmación de que aún es necesario alzar la voz y denunciar los casos de discriminación y segregación por motivos de preferencia sexual, sobre todo aquellos que busquen la trata o cura como si de una enfermedad se tratara.
Dejé de jugar al fútbol durante 2-3 años durante mi pre-adolescencia o lo hacía a escondidas para que no me llamaran marimacho, tortillera o machorra. Al final acabé siendo subcampeona de Europa sub18. In your face, homófobos! #MeQueer
— Ana Benítez (@anabenlop) August 24, 2018
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