1. Cuida la temperatura del agua
Aunque sea lo más delicioso del mundo, el agua caliente tiene muchos efectos negativos en la piel. Empezando porque altera el equilibrio natural de la barrera de la piel y disminuye los niveles de humedad dentro de la piel. También elimina los aceites, grasas y proteínas naturales que mantienen la piel sana y balanceada. Siempre que te vayas a lavar la cara, hazlo con agua tibia para evitar deshidratar e irritar tu piel. De paso, usa un limpiador que sea suave con la piel para no resecarla.

2. Dale un descanso a tus ácidos
Sí, son una maravilla para exfoliar, unificar, suavizar y regenerar la piel, pero también pueden deshidratarla. Busca uno o dos días a la semana en los que puedas darte un descanso de ácidos y aprovecha para darle un boost de hidratación y humectación. Es más, hasta puedes aprovechar para hacer “skin cycling”, la técnica de skincare que disminuye las imperfecciones. Aquí te explicamos a detalle.
