Si hubo un cambio radical en la década pasada (o actual, como lo quieras ver ) fue en los brow looks. Empezamos los 2000 con cejas ultra delgadas y casi invisibles y terminamos con unas súper naturales y rellenitas. Y honestamente, amamos la segunda tendencia, pero por efectos secundarios de la primera (sí, hablamos del overplucking, también conocido como la sobre depilación) es casi imposible lograrlas sin pasar horas maquillándote. O bueno, eso pensábamos antes de conocer el brow lamination.
Brow ¡¿QUÉ?!
Lamination, laminación en español. Y se refiere a una técnica creada en Rusia que te da un look como de soap brows (las cejas perfectamente peinadas con jabón o brow gel) semi permanente. El brow lamination es ideal para todas las que tienen cejas delgadas, descontroladas, con hoyos o espacios vacíos. Es la mejor alternativa al microblading y microfeathering .
¿Cómo funciona?
Olvídate de las agujas o del maquillaje semi permanente. El proceso consiste en utilizar una crema que eleva las cejas y, a través de un proceso químico, cambia la forma natural de la fibra capilar y la fija en la nueva posición. Después se aplica un aceite para hidratar y restaurar los daños causados por los químicos. Para prolongar los resultados por más de seis semanas, puedes usar una loción fijadora o un poco de cera.
Todo suena perfecto, pero, ¿tiene efectos negativos?
Como con todos los procedimientos estéticos, siempre puede haber efectos negativos. Aunque en este caso, depende mucho de tu tipo de piel, ya que los químicos pueden llegar a irritar el área y causar eczema. Por eso es importante que lo hables con tu esteticista y hagas una prueba de alergia antes de hacerte el full look. También te recomendamos que seas muy rigurosa con los cuidados post-tratamiento para proteger tu piel mientras prolongas los resultados.