¿Qué esperar de tu piel cuando estás esperando? (iStock)
Valeria Baqueiro / @valebaqueiro
El embarazo es un viaje único, pero no universal. ¿Has escuchado eso de que las mujeres “se ven más radiantes” cuando están embarazadas? Si bien el pregnancy glow es real, la verdad es que no todas lo experimentan.
De hecho, muchas mujeres viven todo lo contrario de una piel perfecta o un brillo espectacular. El acné, las manchas, la picazón, el ardor y otros signos también son parte de la historia, pero casi nunca nos lo dicen. Sentirse irreconocible en el embarazo, en el buen o mal sentido, es normal. Tu cuerpo está concentrado trabajando para crear vida y esto no siempre se va a ver o sentir bien, lo importante es entender estos procesos (empezando por los cambios hormonales), para elegir los mejores cuidados para tu piel.
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El estrógeno y la progesterona están presentes en nuestro cuerpo desde que nacemos. Estas hormonas se encargan principalmente de regular el ciclo menstrual, controlar la ovulación y preparar al cuerpo para la gestación. En caso de haber embarazo, aumentan significativamente sus niveles normales y esto se ve reflejado en nuestra piel.
Glow vs. Acné
El aumento hormonal provoca una sobreproducción de sebo y un incremento del flujo sanguíneo. El resultado puede ser el brillo rosado al que se refieren con el pregnancy glow, pero también puede terminar obstruyendo los poros y convirtiéndose en acné hormonal. Recuerda que si es tu caso, debes usar productos seguros para personas embarazadas y alejarte de ingredientes como los retinoides, el peróxido de benzoilo o el ácido salicílico que, si bien son excelentes para tratar el acné, pueden ser peligrosos y representar un riesgo para el feto.
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La máscara del embarazo
El exceso de estrógeno y progesterona también afecta a los melanocitos, las células encargadas de dar color a la piel. Estas empiezan a producir más pigmento o melanina que, a su vez, se manifiesta como manchas oscuras en áreas como los pezones, las axilas, los genitales y hasta en la cara, de ahí el apodo de "máscara". Entre el 50% y 70% de embarazadas presenta esta afección conocida como melasma o cloasma. La buena noticia es que es meramente estética, no afecta a tu bebé y en la mayoría de los casos, desaparece a los pocos meses de dar a luz, sin ningún tratamiento especializado.
El melasma es una condición de hiperpigmentación en la piel(simarik/Getty Images)
Me sonrojo, ¿es normal?
Durante el embarazo, el volumen sanguíneo aumenta hasta un 50%. Imagínate: estás suministrando oxígeno y nutrientes para dos. En las más suertudas, se manifestará como ese rubor y brillo natural del que ya hablamos, pero las pieles sensibles pueden desarrollar rosácea o arañas vasculares, sobre todo en las mejillas y el cuello. Reduce al máximo tu rutina de skincare y utiliza productos con fórmulas suaves y seguras. El estrés puede agravar la rosácea; si es tu caso, no dudes en consultar con un especialista para encontrar el mejor tratamiento para ti, sin afectar a tu bebé.
El eritema palmar o palmas enrojecidas es un efecto secundario del aumento vascular, muy común y poco comentado.
Muchas mujeres pueden presentar enrojecimiento de la piel(iStock)
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Colágeno, pero a qué costo
¡El colágeno aumenta un 800% en la gestación! Esto puede sonar increíble para la piel, pero es todo lo contrario. El cuerpo prioriza los órganos reproductivos y usa el colágeno donde más lo necesita: en el útero. Ahí es destinado a crear una especie de fortaleza estructural para sostener al bebé. Además, la progesterona inhibe la síntesis de colágeno para que la piel pierda firmeza y se pueda estirar. ¿El resultado? Adivinaste: estrías. Si te molestan, puedes mejorar la elasticidad de tu dermis con una buena alimentación, tomando mucha agua y usando aceites o cremas con ácido hialurónico para hidratarla.
¡Pelazo! Y luego no
Cuando estás embarazada, el estrógeno, la progesterona y la prolactina pueden hacer que tengas el mejor pelo de tu vida. Superabundante, fuerte, brillante y sedoso. Pero no te acostumbres, porque después del parto es muy probable que se te caiga. Que no te dé bajón: después de parir, los niveles hormonales disminuyen drásticamente, lo mismo pasa con el colágeno, lo que puede provocar que tu pelo entre en fase de reposo y pierdas mucho más de lo habitual, especialmente en los meses siguientes; pero no entres en pánico, es temporal. Para controlarlo, sigue una dieta rica en vitamina C y verduras de hoja verde e incorpora alimentos altos en biotina como el huevo y los frutos secos. También puedes tomar suplementos de colágeno para estimular su producción, siempre y cuando tu médico te diga que puedes hacerlo.
Perder el pelo después de dar a luz es normal, no te asustes(iStock)