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Taissa Farmiga explica el giro de Gladys en el final de The Gilded Age

“Desde mi perspectiva, Gladys es realmente feliz”, dice la actriz Taissa Farmiga a ELLE.
lun 11 agosto 2025 11:44 AM
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Taissa Farmiga explica el giro de Gladys en el final de The Gilded Age

Spoilers a continuación:

A nadie le gusta admitir que su madre tiene razón, especialmente en lo que respecta a la vida amorosa. Esto incluye a Gladys Russell (Taissa Farmiga), una heredera ultra rica que no tuvo el poder de evitar casarse con el noble pretendiente que su madre Bertha (Carrie Coon) eligió en The Gilded Age. Pero en el final de la tercera temporada , mientras el matrimonio de George (Morgan Spector) y Bertha se desmorona, Gladys en realidad es feliz. Prospera como esposa y duquesa y está emocionada por la siguiente etapa de su vida: la maternidad. Sí, Gladys está embarazada.

“Gladys quería libertad, y al final la encuentra convirtiéndose en una mini Bertha, pero quizá con un poco más de corazón”, dice Farmiga. Es muy distinto a cuando Gladys huía en mitad de la noche al inicio de la temporada, después de que Bertha le prohibiera comprometerse con un banquero. “El medio por el cual Gladys encuentra su libertad es acercándose más a su madre y a la persona que es su madre, y eso, para mí, fue increíblemente divertido y gratificante”, comenta la actriz.

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Sin embargo, la ambición implacable de Bertha, que antes era un afrodisíaco para su marido magnate, se ha convertido en una cuña dentro de la familia. “La ambición es el lenguaje del amor de mis padres. Si no la tuvieran los dos, no serían compatibles”, afirma Farmiga. “La diferencia es que Bertha sabe lo que significa vivir en el cuerpo de una mujer en esta época, y cuida de su hija y la ama de la manera que puede.” Farmiga también señala que Bertha puede ser “una perra egoísta”, pero sus grandes sueños son el intento de asegurar la estabilidad a largo plazo de Gladys. Interpretar junto a Spector y Coon le da la inspiración necesaria para transmitir estas emociones intensas. “Cuando estoy con Morgan, suplicándole: ‘Padre, escúchame’. Él está ahí, lo ves en sus ojos, está tan presente”, explica. “Lo mismo con Carrie. No creo que pudiera tener más suerte con los padres que tengo.”

Gladys y el duque de Buckingham (Ben Lamb) han viajado desde Inglaterra para asistir al baile de fin de temporada en Newport, que Bertha espera que muestre una familia Russell unida y así desmentir los rumores de la prensa. A puerta cerrada, George se recupera de un intento de asesinato y aún no puede perdonar a su esposa por obligar a Gladys a casarse con Héctor. Larry (Harry Richardson) también está molesto con su madre, dejando a Gladys como la única aliada de Bertha dentro de la familia. Cómo han cambiado las tornas.

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Fuera de la pantalla, todo es mucho más armonioso. Literalmente, en el caso del hermano ficticio de Farmiga, con Richardson a menudo proporcionando música. “Harry Larry [como Farmiga llama a su compañero de reparto] siempre tiene un instrumento musical en la mano, en su mochila o en su silla”, dice. El elenco de The Gilded Age está famoso por estar lleno de actores de teatro, lo que explica el ambiente lúdico en el set. “Te digo que esta mezcla es diferente a cualquier otro elenco con el que haya trabajado”, afirma. “Todos comparten un verdadero sentido de camaradería, y la gente viene a pasarlo bien juntos, no hay egos".

Aquí, Farmiga conversa con ELLE US sobre cómo Gladys asume su poder, el impactante final, las travesuras nocturnas en el set y algunos elementos arriesgados que le gustaría ver en la cuarta temporada.

Las tramas, incluida la de Gladys, son más grandes en esta tercera temporada. ¿En qué momento te contaron tu arco y cuál fue tu reacción inicial a los giros?

Tuve una llamada con el [creador] Julian Fellowes y el [productor ejecutivo] David Crockett, quizá cuatro meses antes de empezar a filmar. Desde la perspectiva de actriz, tenía curiosidad por saber qué iba a hacer Gladys esta temporada. Y vaya que me dieron una montaña rusa. Mi primera reacción fue: “¡Oh, mierda! Estoy emocionada.” Como actriz, es increíble interpretar esa montaña rusa de emociones. Si miras mi carrera, el terror y los proyectos de género son algo que he hecho mucho, y me encantan por la intensidad de las emociones. Todo está tan amplificado por lo que ocurre en ese género. Esta temporada, Gladys ha estado viviendo su propia historia de terror.

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¿Cuánto es consciente Gladys de que el matrimonio de sus padres está fracturado? ¿Cómo te sientes tú, como Taissa, sobre esta trama?

Para Taissa, es terrible. En este momento, tengo ese nudo en el estómago cuando me haces la pregunta, porque estaba recordando la última pelea del [episodio 5]. Entiendes ambas perspectivas, el amor y el orgullo que ambos tienen, lo fuertes que son, pero es difícil cuando ves a dos personas que deberían estar conectando y, en cambio, no logran encontrarse. A veces tienes que dar un paso atrás y decir: “Quizás me equivoqué”. Sin hablar por él, creo que a George le gustaría incluso escuchar las palabras: “Quizás me equivoqué”. Y no creo que eso sea algo que Bertha vaya a decir jamás.

En cuanto a Gladys, no estoy segura de que sea consciente de la relación de sus padres y de la distancia entre ellos. Ella vivía en su propio pequeño mundo incluso antes de dejar la ciudad de Nueva York, en la prisión autoimpuesta en la que se metió porque simplemente no podía lidiar con los deseos y expectativas de todos los que la rodeaban. Creo que era un poco ingenua sobre lo que estaba ocurriendo.

En el final, George le lanza una bomba a Bertha diciéndole que aún no está seguro sobre su matrimonio. Segundos después, el péndulo se mueve al otro extremo cuando Gladys le dice a su madre que está embarazada.

¿Cómo fue filmar esa escena final?

Esa escena fue intensa de interpretar porque yo entraba en la última parte con mi gran revelación. Gladys llega emocionada para dar la noticia y se encuentra cara a cara con su madre, que está destrozada y llorando. No es la reacción que Gladys esperaba. Creo que eso demuestra que Gladys no tiene idea de lo que está pasando entre sus padres en ese momento.

Desde mi perspectiva, Gladys es realmente feliz. Nunca quiere admitir que su madre tenía razón, pero su madre tenía razón, y conectó con el duque. Está encontrando una relación de pareja. Parte del mérito se lo lleva George porque, en las negociaciones para el matrimonio, ofreció darle a Gladys una asignación. Eso plantó la semilla para una verdadera relación, porque el duque tenía un motivo para querer conectar con ella, incluso si al principio era algo tan superficial como el dinero. Él no es un mal tipo, pero se casó con alguien que iba llorando hacia el altar.

Esta temporada hay grandes momentos corales en el extremo opuesto del espectro emocional para Gladys. ¿Cómo fue esa experiencia como actriz durante la boda, cuando tu personaje está tan abatido?

En una serie como esta, el elenco es tan grande que no solemos trabajar todos juntos muy a menudo. Cuando tienes esos momentos de reencuentro, se siente como si fueras un grupo de niños en un campamento de verano, y es muy divertido. La boda fue una experiencia curiosa para mí porque emocionalmente estaba en un lugar muy distinto al de la mayoría de los demás actores. Pero también físicamente [estaba en otro lugar]. Llevaba este vestido de novia con una cola de 3 metros (el velo también medía 3 metros), y el peso de la cola hacía que no tuviera movilidad. No era nada autosuficiente. Si quería caminar, tres miembros del departamento de vestuario tenían que ayudarme. Finalmente, encontraron una solución muy simple: consiguieron una bolsa de tela y metieron el velo dentro para que pudiera caminar sola.

Hubo bastante tiempo en el que estuve aislada, lo cual encajaba con la mentalidad de Gladys. Normalmente, es un alboroto cuando estamos todos juntos. Aun así, tuvimos algunas buenas risas. Yo normalmente tenía que cortarlo bastante rápido cuando decían “¡rodando!”, y luego irme a llorar y lamentarme en una esquina, para después volver y decir [imitando el llanto]: “Lo siento mucho. ¿De qué estaban hablando?”

¿Cuáles son tus recuerdos favoritos fuera de cámara de esta temporada?

Son cualquiera de esas escenas corales. Estábamos filmando la línea de saludo en el último episodio, y alguien había llevado un camión de waffles o de panqueques como regalo para el equipo. Estábamos filmando, eran casi las 4 de la madrugada, y si le das a un grupo de personas privadas de sueño nata montada y helado sobre panqueques, salen las locuras más disparatadas. Una de mis cosas favoritas, en general, es que existe este baile llamado el Russell Bustle Dance —porque siempre tienes esas enormes miriñaques en la parte trasera del vestido— y ella [Coon] empieza a moverse y básicamente está twerkeando con su miriñaque. Cada vez que Carrie empieza a hacerlo, sabes que alguien le ha dado azúcar y que la cosa está a punto de ponerse loca.

Publicaste una foto tuya con el vestido de novia mientras comías, lo que me pareció muy atrevido, porque cuando yo me casé recuerdo que estaba muy asustada de derramar algo encima. ¿Eso es algo que alguna vez te preocupa?

¡Oh, Dios mío, sí! Normalmente tenemos batas que nos ponemos al revés. Es como un delantal o un babero de bebé para poder comer, así si se nos cae algo, no pasa nada. Los vestuarios son únicos, especialmente los vestidos: no hay copias de nada. Hay que tener cuidado, pero después de horas y horas de rodaje, hay muchas veces en las que no deberíamos estar comiendo con estos vestidos magníficos, pero también tenemos muchísima hambre, y Carrie acababa de pedir empanadas. Creo que había alguien vigilando para asegurarse de que nadie del departamento de vestuario entrara, lo cual, de nuevo, probablemente fue una idiotez comer con el vestido puesto. Pero estaba tan hambrienta, tan cansada, y tan harta de llorar que pensé: “Solo quiero empanadas”. Me inclinaba hacia adelante, usando la fuerza del abdomen para intentar evitar que se me derramara algo.

Aparte del vestido de novia, ¿hubo algún vestuario particularmente complicado?

No sé si puedo elegir uno. Una vez me preguntaron: “¿Qué sentiste cuando te diste cuenta de que ibas a volver a meterte de lleno en la temporada 3?” Y yo dije: “Oh, mierda. Corsés”. Son un poco un fastidio, pero se ven tan bien que no puedes quejarte. [La diseñadora de vestuario] Kasia [Walicka Maimone] y el resto del departamento de vestuario siempre son muy amables y hacen todos los ajustes posibles para que sea lo más cómodo posible.

Una de mis prendas favoritas de esta temporada fue en el episodio 6, cuando Bertha llega al Castillo Sidmouth y hay una cena hacia el final. Gladys había estado bajo las órdenes de Bertha, y ahora en Sidmouth está bajo el mando de la hermana del duque. Finalmente, con la ayuda de Bertha, se impone y dice: “Esta es mi posición. Este es mi lugar. Tienes que respetarme”.

Había un vestido diferente que me habían dejado en el camerino después del ensayo, y era la primera vez en tres temporadas que sentí: “Esto no se siente bien”. Se suponía que fuera un vestido púrpura, fluido, y me parecía muy de la Gladys de temporadas anteriores. Es la única vez que he hablado al respecto en esta serie. Me lo cambiaron. Pusieron a Gladys en este increíble vestido azul oscuro, de encaje, algo sexy para la época. Me encantó. Era el momento en que Gladys debía ser una jefa con todas las letras. Me alegra que me dejaran opinar y que lo cambiaran, porque creo que mejoró la escena.

Otro gran momento fue el retrato de John Singer Sargent. ¿Cómo fue verte en un cuadro tan grande?

Fue una locura. Todos me decían que debería llevármelo a casa. Me sentí rara. Pensé: “No podría estar mirándome todo el tiempo”. Para empezar, no creo que tenga un sitio lo bastante grande para ponerlo. Recuerdo que la primera vez que lo vi fue por sorpresa. Estábamos filmando en Albany. Creo que estaba en Troy, Nueva York, para una prueba de vestuario, y el departamento de vestuario está en lo que era una antigua farmacia CVS. Entré, vi que había mucha gente en una sala, asomé la cabeza porque vi a alguien que conocía, y dije: “¡Dios mío!”. A mi alrededor, había 11 retratos míos a tamaño natural, de distintos tamaños, para decidir cuál sería el del cuadro final.

Qué experiencia más increíble entrar en una sala y que todo el mundo esté mirando un retrato tuyo gigantesco y magnífico. Pensé: “¿Qué es mi vida?”. Yo estaba ahí para probarme el vestido de novia, en shorts vaqueros y camiseta de tirantes, y no tenía nada que ver con la Gladys de 1880. El contraste era gracioso. Me sentí genial, pero también un poco observada.

¿Qué te gustaría que pasara con Gladys en la temporada 4?

Nos quedamos con el suspenso de la nueva condición de Gladys. No sé si retomarán la historia poco después. ¿Van a continuar con Gladys teniendo hijos? Sería un cambio brutal pasar de ser alguien que quiere libertad para su madre a convertirse, de repente, en la madre. Eso sería un cambio intenso. Por lo demás, me encantaría que Gladys empezara a vestir trajes, pero no creo que eso esté en su futuro.

Otra cosa que me encanta de esta serie es cuántas cosas busco después de que termina un episodio, como el club nocturno Haymarket. No creo que eso esté en el futuro de Gladys porque es duquesa, pero mi sueño sería verla salir de noche por la ciudad.

Eso sería divertido.

Taissa: Me encantaría verla en un mundo diferente y alocado como ese. No creo que sea posible, pero sería increíble. Imagínate que entra a un club gay y está rodeada de un montón de lesbianas increíbles. ¡Sería una trama divertidísima! Dios mío, ¡lo deseo!

Este artículo fue publicado por primera vez en ELLE US .

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