Una Birkin es el santo grial para los amantes de la moda. Poseer una es el máximo símbolo de estatus, pero tener el dinero (como mínimo unos $200 mil pesos mexicanos), no es suficiente para hacerte de una. Como el episodio 11 de la temporada 4 de Sex and the City, ni siquiera Samantha Jones , en nombre de Lucy Liu, puede burlar la estricta política de venta de bolsas de Hermès.
Sin ponernos muy académicos, una Birkin es una inversión , y como todo bien de valor, sigue el principio de economía de la oferta y la demanda, los cuales interactúan entre sí fijando los precios y las cantidades de piezas que se producen. La marca quiere que sus bolsas sigan siendo objetos de deseo, por lo que las fabrica en pequeñas cantidades y solo las vende a sus mejores y más fieles clientes.