Desde el inicio Tiffany & Co. fue un espectáculo. Su fundador, Charles Lewis Tiffany, con una creatividad inmensa y una visión innovadora, quiso siempre lo mejor para su tienda fundada en 1837. Supo entender la importancia de soñar y la necesidad de imaginar cosas que van más allá de lo que conocemos. Y por eso creó un universo alterno que mostró en los aparadores de su tienda en la Quinta Avenida de Nueva York.
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Desde entonces es una tradición que sus diamantes y piezas de joyería sean exhibidas, a lado de otros objetos y como parte de un espectáculo, en aparadores que parecen escenarios de teatro. Años más adelante, en los sesenta, llegó Gene Moore, un personaje que se convertiría en director creativo y con él los aparadores continuarían su rumbo pero ahora con una mayor intensidad. Siempre con diseños llamativos y de buen gusto, sus escenas se dieron a conocer por hablar de lo que estaba ocurriendo en el momento y hacer referencia a temas relevantes de la ciudad, desde una exposición en el Metropolitan Museum of Art hasta el desfile de pascua.
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