¿De qué hablamos cuando hablamos de "borrado de mujeres"?

¿Qué sí es el borrado de mujeres?

Aunque nos gustaría que la realidad fuera otra, sabemos que México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ser mujer, pues, según datos oficiales, se pueden cometer hasta once feminicidios al día. Esta es una de las cifras que nos hacen pensar en el “borrado de mujeres”, es decir, la extrema violencia contra las mujeres que concluye en su desaparición o muerte.

Pero no solo es eso, porque si echamos un vistazo al pasado, y no solo en México, podemos encontrarnos con la profunda ausencia o el profundo borrado que se ha hecho del papel de las mujeres a lo largo de la historia. Al respecto, la feminista francesa Michelle Perrot narra en su libro, Mi historia de las mujeres, que para escribir la historia hacen falta fuentes, documentos, huellas, principalmente de mujeres, pues su presencia suele estar tachada, sus huellas borradas y sus archivos destruidos.

Pensemos, por ejemplo, en lo difícil que es reconstruir un linaje de mujeres debido a que históricamente pierden su apellido al casarse con un hombre. Pensemos también en que hasta no hace muchos años la representación que se hacía de las mujeres (en novelas, teatro, películas, televisión) corría a cargo de hombres que se dedicaban al guionismo o la dirección de producciones.

Basta hacer un repaso para ver, además, que dichos hombres constantemente dibujaron estereotipos alrededor de las mujeres: amas de casa, hipersexualizadas, histéricas, etcétera. Pues bien, a todo esto es a lo que llamamos “borrado de mujeres”. Sin embargo, en los últimos años el significado de la frase ha sido desdibujado para emplearla en contra de los derechos de las personas trans. Hablemos un poco más sobre ello.

¿Qué no es el borrado de mujeres?

A medida que la visibilidad de las personas trans ha adquirido mayor relevancia en producciones culturales como libros, películas y series de televisión, un considerable sector de la sociedad ha visto con recelo esta transformación social. A partir de ello, la frase “borrado de mujeres” ha sido empleada e impulsada por aquellas mujeres que militan en cierta corriente del feminismo que considera que las mujeres trans no deben tener cabida en él. Hablamos, pues, del famoso feminismo radical transexcluyente (o TERF, por sus siglas en inglés).

Señalan que el sujeto político del feminismo deben ser única y exclusivamente las personas que nacieron con vulva; del mismo modo, consideran que la cada vez mayor visibilidad de las personas trans y su inclusión en la esfera pública representa un peligro para los derechos que conquistaron las personas que fueron llamadas mujeres desde el primer día de vida, es decir, las mujeres cisgénero.

Tal vez estas ideas excluyentes puedan parecerte un disparate, pero si lo pensamos un poco estamos mucho más cerca de ellas de lo que pensamos. Por ejemplo, quienes simpatizan con el feminismo radical transexcluyente aseguran que las mujeres trans no deberían entrar a los baños asignados para mujeres, porque consideran que podrían cometer actos delictivos como acoso, hostigamiento sexual o violación.

Lo cierto es que los estudios realizados en las ciudades en donde las mujeres trans pueden acceder a los baños acordes a su género elegido demuestran que no hay un alza en los crímenes antes señalados. En contraparte, obligar a las mujeres trans a entrar a baños de hombres las deja expuestas a violencia misógina, homofóbica y transfóbica.

Seguramente también has escuchado el polémico e innecesario debate al respecto de si las mujeres trans deberían o no participar en competencias deportivas femeninas. Y digo innecesario porque el principal argumento de quienes se oponen a que las deportistas trans sean incluidas es que estas podrían “borrar” o “desplazar” a las deportistas cisgénero. A decir verdad, las mujeres trans que participan en competencias deportivas de alto rendimiento se cuentan con los dedos de ambas manos como para que este pequeño grupo de atletas pudiese “desplazar” a las mujeres cisgénero.

Pero vayamos a un argumento mucho más científico: todas las deportistas trans que desean participar en competencias deportivas de alto rendimiento deben previamente haberse sometido a un tratamiento hormonal para disminuir sus niveles de testosterona, la hormona que permite el desarrollo muscular y brinda fuerza.

Contrario a lo que podría pensarse, que las deportistas trans tengan en promedio un cuerpo con una estructura ósea más grande y más pesada no representa necesariamente una ventaja, pues al bloquear la testosterona, la atleta deberá mover una estructura grande con menor masa muscular. Dicho en otras palabras, es como tener un coche grande con un motor pequeño.

Para las partidarias del feminismo excluyente, el avance de derechos de las personas trans representa un peligro latente para ellas pues consideran que de reconocer a las mujeres trans como las mujeres que son, se correría el peligro de que “invadieran” los espacios de las mujeres cisgénero. Estas ideas con respecto al desplazamiento o el “borrado de mujeres” cisgénero son otra cara de la ya famosa y falsa teoría de la sustitución, pero llevada al terreno del feminismo.

Seguramente has escuchado que los grupos supremacistas blancos aseguran que de permitirse el avance de derechos de las personas negras, estas terminarán por desplazar a las personas blancas. O igualmente habrás escuchado que los grupos nacionalistas aseguran que de permitirse el ingreso de migrantes, estos terminarán por desplazar a las personas que nacieron en dicho territorio.

Son pues aseveraciones falsas que, sin embargo, obtienen gran eco en los prejuicios de una sociedad racista, nacionalista y transfóbica. Por este motivo es importante aclarar que la conquista de derechos de las personas trans no representa peligro alguno para los derechos ya alcanzados de las mujeres cisgénero.

Y es particularmente importante subrayarlo en marzo, porque en México cada vez es más frecuente encontrar convocatorias a marchas ya no en favor de los derechos de las mujeres, sino en contra de los derechos de las mujeres trans. Resulta importante hablar de ello para que sepamos reconocer qué causa estamos apoyando y para reivindicar la verdadera lucha por los derechos de todas las mujeres. Porque mujeres somos todas, en nuestra más amplia y hermosa diversidad.