Cada temporada de premios se viven performances, discursos y situaciones que quedarán marcados en la historia; sin embargo, en esta ocasión no fue Bruno Mars -quien arrasó con seis galardones ganados- el que hizo de la noche más importante de la música, algo memorable.
"Ésta es una sátira por Kendrick Lamar"
El rapero inauguró la ceremonia con un acto políticamente cargado, en el cual cantó un medley que incluyó "DNA" y "King's Dead", además de acompañarse con el comediante Dave Chappelle, Bono y the Edge.
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Un acto más para recibir ovación de pie, en esta ocasión a cargo de Khalid, Alessia Cara y Logic, quien tras entonar su famosa canción, dejó en silencio el Madison Square Garden gracias a al discurso posterior: “El color negro es hermoso. El odio es feo. Las mujeres son tan valiosas y fuertes como cualquier hombre que he conocido…A todos los hermosos países llenos de cultura, diversidad y cientos de años de historia, no son pocilgas…Juntos podemos construir no sólo un mejor país, sino también un mundo destinado a estar unido”.
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Una de las solistas revelación del año habló sobre sus orígenes mexicanos-cubanos, de cómo sus padres habían emigrado a Estados Unidos con el sueño de salir adelante y de sentirse feliz por ser "una migrante en Nueva York, parada en el escenario de los Grammys".
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Irrebatible llamar a Sir Elton John un ícono musical, pero fue el hecho de recién haber anunciado su retiro lo que hizo esta presentación tan relevante, pues quizá sea su última vez arriba del escenario del Grammy.
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Se atrevió a denunciar el abuso psicológico, físico y sexual propinado por Dr. Luke (su representante durante 10 años), situación de la cual nació “Praying”. Con este tema subió al escenario junto a Bebe Rexha, Cindy Lauper, Camila Cabello, Andra Day y Julian Michaels, para lograr el instante más emotivo del día, uniéndose al movimiento #Timesup.
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