¿El masaje facial realmente funciona?

La respuesta es sí, y no solo para la apariencia de la piel, sino también para la salud en general. El masaje facial mejora la circulación, lo que ayuda a eliminar toxinas, reduce el estrés y relaja los músculos. También estimula la producción de colágeno, lo que ayuda a mantener la piel firme, como si te quitaran años. Facilita el drenaje de líquidos y toxinas, reduciendo la hinchazón de las mañanas y las ojeras.

Además, hace que la piel absorba mejor los productos de skincare, aumentando su efectividad. Y su beneficio más conocido, la tonificación de los músculos faciales, lo cual explica por qué vemos esas facciones tan marcadas en quienes lo practican regularmente.

Si, como a mí, sus beneficios te han convencido de probarlo, aquí van algunos consejos sencillos para hacerlo de la manera correcta. Primero, asegúrate de que tanto tus manos como tu cara estén limpias. Luego, aplica una crema o aceite facial para facilitar el movimiento y no lastimarte la piel. Empieza en la frente, realizando movimientos circulares hacia arriba, luego en los cachetes.

Siempre haz los movimientos hacía arriba para estimular el levantamiento de la piel. En la barbilla, haz movimientos hacia afuera y hacia arriba. Para la zona de los ojos, usa movimientos suaves hacia afuera para no dañar la piel delicada. Termina con el cuello, masajeando desde la base del cuello hasta la mandíbula.

Dedícate unos minutos al día y pronto notarás resultados, disfrutando además de un momento de cuidado personal y relajación.