1. Exfolia, exfolia y vuelve a exfoliar
Todo empieza con la exfoliación. Un día antes de aplicar el bronceado falso, exfolia tu piel. Esto eliminará las células muertas que crean una textura y un bronceado irregular. Después de aplicar el bronceador, tienes que seguir exfoliando conforme pasan los días para mantener el tono uniforme y evitar esos molestos “parches”.

2. Hidrata estratégicamente
Lo mejor que puedes hacer es mantener toda tu piel hidratada, pero es importante que le des una atención especial a las zonas donde se puede marcar demasiado el bronceador: las rodillas y los codos. Para la hidratación general, sigue las instrucciones del autobronceador que estés usando y diez minutos antes de usar el bronceador, aplica una capa ligera de crema hidratante para que el resultado final sea parejo.
