No sé ustedes, pero a mi me da mucha paz mental hacer mi manicure en casa. El único problema, y seguro todos los que se hacen su propio manicure lo tienen, es que se tarda horas en secar bien y la probabilidad de que se seque sin que se haga feo o se lastime es mínima. Lo bueno es que, de acuerdo con ELLE Australia, hay un truco muy sencillo que acelera el tiempo de secado y perfecciona el manicure sin problemas. Lo probé y sí, sí funciona. Te explico cómo.
El truco casero (y sencillo) para secar tu manicure en cuestión de minutos
Solo necesitas un bowl con agua helada
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Secar tus uñas con agua helada: cómo funciona
No, no es un mito urbano. Es ciencia. El esmalte es un polímero, esto significa que se forma por una reacción química. Cuando te pintas las uñas, se empiezan a evaporar los solventes en el aire. Una vez que se evaporan por completo, el esmalte está totalmente seco. Aún mejor, la combinación entre el aire natural y el agua fría ayuda a acelerar el proceso de secado. Lo único es que lo tienes que hacer bien para que funcione.
1. Pinta tus uñas
Para que tu manicure quede lo más perfecto posible y se rompa menos de lo normal, hay un par de reglas que deberás de seguir. La primera es que todas las capas que apliques sean lo más ligeras posible. La segunda es que si el esmalte se pasa sobre la piel, lo corrijas antes de que se seque para evitar que se empiece a levantar. Por último, espera a que cada capa seque bien antes de aplicar la siguiente. Para acelerar el proceso de secado entre capas, puedes sumergir tus manos en agua helada:
2. Sumerge
Lo único que necesitas hacer es poner agua helada en un bowl. Una vez que te hayas pintado las uñas, espera unos minutos para que sequen al aire y sumerge tus uñas durante tres o cuatro minutos en el agua helada. Es muy importante que evites que tus dedos choquen contra los hielos o contra el bowl para que no se haga feo tu manicure.
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Para saber si tus uñas ya están listas, cuando saques las manos, se deberían formar pequeñas gotas de agua sobre el esmalte. Espera otros tres minutos con las manos fuera del agua y ¡listo! Tu esmalte debería de estar totalmente seco, libre de imperfecciones y a prueba de quiebres.
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