1. Todo empieza con el cepillo
No todos los cepillos son buenos para desenredar, de hecho, los que tienen cerdas muy pequeñas pueden provocar roturas y daños. Lo ideal es que utilices un cepillo ancho con cerdas amplias y suaves.
2. Desenredar antes de lavar
Muchas veces preferimos lavarnos el pelo primero para desenredarlo después de haber aplicado el acondicionador. Aunque parece que este orden facilita el proceso, en realidad deja a la fibra capilar expuesta a muchos más daños, roturas y deterioros . Por eso es mejor desenredar el pelo seco para después lavarlo.
3. Primero las puntas, después la raíz
El proceso de desenredo tiene que empezar por las puntas, una vez vayas eliminando los nudos, puedes ir subiendo el cepillo hasta llegar a la raíz. De esta forma, creas una base suave por la que el cepillo puede deslizarse sin problemas. Al ser más suave, esta técnica también minimiza los daños de la fibra capilar.