No, no me estoy inventando una palabra ni se me fue una letra de más. El término bacné existe y proviene de la combinación de back (espalda en inglés) y acné . Estoy hablando de los granitos que aparecen en la espalda, porque hablamos mucho del acné facial y muy poco del corporal. Llegó el momento de visibilizarlo. Acné 101: los poros son canales que conducen a los folículos pilosos, donde crece el pelo o el vello. Dentro de estos folículos se encuentran las glándulas sebáceas, responsables de producir y liberar el sebo que mantiene nuestra piel hidratada. Cuando estas glándulas generan demasiado sebo, el folículo puede obstruirse, creando un ambiente anaerobio (sin oxígeno) ideal para la proliferación de bacterias como el Cutibacterium acnes. Esto desencadena una reacción inflamatoria que se manifiesta en los temidos granitos. En pocas palabras, así se forma el acné. Sin embargo, las causas pueden ser mucho más complejas. Los cambios hormonales (comunes en la adolescencia y el embarazo), la genética, las reacciones a medicamentos y el estrés (con picos de cortisol en el cuerpo) pueden hacer que las glándulas produzcan más sebo del necesario, lo que trae consigo más granitos.
Bacné, ¿bac qué? Granitos en la espalda: te explicamos qué es y cómo combatirlo

Por otro lado, los poros también pueden obstruirse por factores externos como la contaminación, el sudor o productos de skincare muy pesados. Ahora, hablando específicamente del bacné, la piel de la espalda es distinta a la del rostro: los folículos son más grandes y, generalmente, le prestamos menos atención. ¿O me vas a decir que tienes una rutina de "backcare"? Puede que sí y seas un unicornio, pero la realidad es que la mayoría nos olvidamos de esta parte del cuerpo, que está en constante contacto con la ropa, incluso sudada. Y además, si eres back sleeper, pasas toda la noche sobre ella. No te sientas mal, es normal olvidarnos de esta zona porque no la vemos como la cara, pero es importante saber que la fricción continua contribuye a que más células muertas, suciedad y sebo se acumulen en los poros. Y si no tenemos los cuidados correctos... ¡salgan granos!
Pero entonces, ¿qué hago para evitarlo? Te dejamos algunos consejos que te ayudarán a prevenir y tratar.
Ropa deportiva, fuera
Lo ideal es que te bañes en cuanto termines de hacer ejercicio, pero si no puedes, cámbiate por ropa seca y trata de limpiar tu espalda con agua o una toallita para eliminar el sudor. También lava tu ropa deportiva después de cada uso.
Hidratar es clave
La piel deshidratada produce más sebo para compensar, por ello es importante mantenerla hidratada. Usa una crema ligera formulada con ingredientes para pieles grasas o con tendencia al acné , como el ácido salicílico.

Mejora la limpieza
Elige productos no comedogénicos que no obstruyan los poros y sustituye tu jabón de baño por uno con acción purificante y antibacteriana. Ojo: mejorar la limpieza no significa usar ingredientes abrasivos ni tallar la piel, ya que esto puede irritarla, causar resequedad y estimular una mayor producción de sebo.

Incluye acidos en tu rutina
El ácido salicílico y el glicólico son excelentes para tratar el bacné. El salicílico controla el sebo, reduce la inflamación y mejora la textura de la piel, mientras que el glicólico exfolia, elimina células muertas, promueve la renovación celular y reduce manchas. Nunca los combines, a menos que un solo producto ya tenga ambos. Hay presentaciones en spray cuyo vaporizador gira para cubrir fácilmente hombros y espalda; si prefieres los sueros o cremas, aplica con las manos limpias y esparce en movimientos circulares hasta absorber.

Encuentra el balance
Según la Academia Americana de Dermatología, bajarle al consumo de carbohidratos refinados, azúcares, lácteos y grasas trans puede ayudar a controlar el bacné. Tener buenos hábitos de sueño, meditar y controlar el estrés también puede ayudar a disminuir los brotes.
Busca ayuda profesional
Aunque hay muchos productos de farmacia para tratar el bacné fácilmente, siempre recomendamos consultar a un profesional. Un dermatólogo te puede decir qué productos son para ti y en qué cantidad usarlos, especialmente en casos más severos donde los brotes se convierten en quistes o nódulos dolorosos y el tratamiento pueda requerir medicamentos o productos de prescripción como antibióticos orales o terapia con láser.
Cuidar tu piel y mente
El bacné no solo puede ser doloroso físicamente, también puede afectar nuestra autoestima y la forma en que nos sentimos con nosotros mismos. Si este es tu caso, no dudes en acompañar tu tratamiento dermatológico con terapia. Cuidar tu piel y tu mente hará el proceso más sencillo.
El bacné no solo puede ser doloroso físicamente, también puede afectar nuestra autoestima y la forma en que nos sentimos con nosotros mismos. Si este es tu caso, no dudes en acompañar tu tratamiento dermatológico con terapia. Cuidar tu piel y tu mente hará el proceso más sencillo.