"The Real Me” es el nombre del episodio de Sex & The City en el que Carrie Bradshaw acepta desfilar para Dolce&Gabbana en un show que combina modelos con personas “reales”, algunos años antes de que, en 2017, la marca lo hiciera en la vida real con influencers. Para muchos, este momento marcó un antes y un después, sin poder evitar preguntarnos: ¿cómo es que alguien fuera del mundo del modelaje puede desfilar para una firma de lujo? ¿Qué factores influyen en la selección de modelos en una pasarela? La realidad es que su presencia en un desfile no es casualidad, sino parte de una estrategia planeada. En la moda, el ciclo de cada temporada comienza en el runway y la primera impresión de un look es fundamental. La persona que lo lleva influye por completo en cómo lo percibimos y en la conexión que generamos con él. Esta elección está en manos de profesionales con la capacidad de anticipar tendencias. Hoy en día, la diversidad es un factor clave en esta selección. Sin embargo, la inclusión no se trata solo de tallas; también abarca edad, género, raza, discapacidad y otros aspectos que permiten que más personas se sientan representadas y puedan formar parte de la industria. En pleno 2025, la diversidad está perdiendo fuerza. Si bien se ha avanzado en temas raciales, de género y de edad, en otros ámbitos su presencia ha disminuido.
¿Realmente existe la diversidad en los castings de moda?

(Spotlight)
Una de las piezas más importantes del ajedrez son los directores de casting y las agencias, pues son quienes
moldean y transforman los estándares de belleza. Una de las directoras de casting más importantes de la industria es Ashley Brokaw, quién ha supervisado los desfiles de Prada y Miu Miu desde el año 2012 (y muchas otras marcas como Louis Vuitton y Loewe). También está Samuel Ellis Scheinman quien ha dirigido los desfiles de Saint Laurent. Por otro lado, tenemos agencias como Guerxs , fundada por María Osado en México, cuyos modelos han desfilado y protagonizado campañas para marcas como Dior, Gucci y Bottega Veneta. O Good Catch , creada por Sarah Small, quien cree que los modelos deben contar una historia por sí mismos. Los directores de casting seleccionan perfiles y colaboran con los diseñadores para definir una propuesta alineada con la colección y la identidad de la marca.

Cuando las marcas incluyen a personas “reales” o celebridades cuya fama o experiencia no las hace comunes y corrientes, lo hacen para aportar peso mediático a los desfiles, ya sean personalidades masivas o de nicho, provenientes de otros ámbitos creativos. Estas personas representan al público real; a través de ellas se crea un vínculo con la colección. Ejemplos hay muchos, incluso desde antes de las redes sociales: Jean-Michel Basquiat desfilando para Comme des Garçons Spring-Summer’ 87, o más recientemente, los actores Jeff Goldblum y Kyle MacLachlan en Prada Fall-Winter’ 22; Qin Huilan, doctora y clienta del grupo Prada, en Miu Miu Fall-Winter’ 24. Lo mejor es cuando estos ejemplos de personas “reales” en verdad sí representan a una minoría. Como cuando Alexander McQueen incluyó a la atleta Aimee Mullins en Savage Beauty Spring-Summer’ 99, modelando con una pierna prostética tallada en madera de olmo. O en los años 80, el enfant terrible Jean Paul Gaultier desafió los estándares de belleza al incluir en sus desfiles a su propio equipo, amigos, editores e incluso personas que encontraba en la calle. Estas representaciones, por las que tanto se ha luchado, comenzaron a ganar fuerza desde 2015, en New York Fashion Week, cuando marcas reconocidas y de nicho incluyeron modelos de tallas grandes, como Ashley Graham en Michael Kors, o marcas que se lanzaron ese mismo año como Willy Chavarría la cual, desde sus inicios ha seleccionado un cast muy disruptivo, desafiando los rasgos hegemónicos de belleza. Otro gran ejemplo es Sunnei, donde los directores de casting Sofia Michaud y Lorenzo de Fazio, han mantenido la diversidad como parte fundamental de la marca, realmente promoviendo que las prendas se hacen gracias a las personas que las usan. Afortunadamente desde entonces se han logrado avances en otros aspectos como el género, con modelos como Alex Consani y Valentina Sampaio, quienes en 2024 se convirtieron en las primeras mujeres trans en desfilar para Victoria’s Secret.

Aunque ha habido avances en representación racial y contextos socioculturales, en términos de tallas parece que estamos retrocediendo. Hoy, Ashley Graham ya no modela con frecuencia; ahora Paloma Elsesser se ha convertido en la modelo plus size más recurrente en los casts de las grandes pasarelas (aunque algunos la consideran de talla media). Sin embargo, su presencia sigue siendo mínima: menos del 5% de los modelos en Nueva York, Londres, Milán y París son plus size. Mientras tanto, los cuerpos normativos en tallas 0-6 han vuelto a dominar las pasarelas. Muchas marcas han convertido la inclusión en una simple tendencia, utilizándola como una estrategia de marketing que da la apariencia de diversidad sin un verdadero compromiso. Como constantemente menciona el modelo plus size James Corbin, quien busca demostrar que la moda es para todos, la representación solo será genuina si tiene longevidad y se convierte en una parte integral de las marcas.

El cambio debe ir de lo pequeño a lo gigantesco: de la pasarela a los espectaculares y finalmente a las tallas en tienda, porque la representación en la moda impacta en todos los niveles. Es fundamental seguir impulsando la diversidad. La directora de casting Sarah Small, sugiere que siempre vale la pena ir a un llamado, quizás tengas justo lo que están buscando. Y como diría Daddy Yankee: “Modélame así, dame ahora tu mejor pose, pose, pose."