Pocas son las marcas que llegan a llamarse centenarias, pero son únicas las que llegan a celebrar un bicentenario y medio. Este es el caso de Birkenstock , las chanclas y zuecos de toda la vida (y con mucha razón), que tus abuelos, papás y ahora tú usas cada vez que puedes. Su larga historia de tradición es el resultado de su diseño único, su constante innovación, y el compromiso por la excelencia.
Todo comenzó en 1774 como un pequeño taller artesanal en Alemania, y en los últimos dos siglos y medio se ha convertido en un referente en todo el mundo de comodidad y calidad al caminar. La marca ha resistido la prueba del tiempo gracias a su constante evolución; desde 1896, Konrad Birkenstock introdujo la primera plantilla anatómica , revolucionando el diseño del calzado ortopédico.