Buscando romper con el aspecto pretencioso de los accesorios de lujo en los años ochenta, Miuccia Prada (quien tomó la dirección creativa de la empresa familiar a mediados de los setenta) se arriesgó experimentando con el subestimado nailon. En 1984, reveló la clásica mochila negra Vela, que ahora es un emblema, y en 2005 presentó la bolsa mini hobo que todos conocemos. El resto es historia.
A lo largo de cuatro décadas, y sin necesidad de logos o monogramas, el nailon se ha convertido en una indiscutible insignia de la marca milanesa fundada en 1913. Desde entonces, los tiempos han cambiado, y no hay marca que se marque mejor el espíritu de la época que Prada, siempre en sintonía con las necesidades del mundo actual, lanzó su colección sustentable Prada Re-Nylon .