Este artículo se publicó originalmente en la edición de abril 2018 de ELLE México Si podemos distinguir un fenómeno en el modelaje que ha marcado los últimos años en la industria es el de la
inclusión. Hablar de un cánon unificante de belleza resulta imposible en la actualidad, en un momento en el que no solo se reconoce, sino que
se celebra la diversidad en todas sus facetas. Admitir que la estética está en la diferencia ha llevado a la moda a buscar el factor que la está revolucionando y que hoy resulta necesario:
la representación. En el último reporte de diversidad publicado por The Fashion Spot, en el que se analizaron 94 de los desfiles más importantes de la Semana de la moda en Nueva York, se encontró que la edición de primavera verano 2018 había resultado como la de mayor inclusión racial al contar con un
36.9% de modelos no-blancas entre sus pasarelas. Ese mismo fashion week también rompió récords como
el más incluyente en términos de modelos plus size, edad avanzada y transgénero, pero sin duda el eje que más destacó fue el referente a
raza. Si bien no podemos dejar de aplaudir estos grandes pasos en la industria, tampoco podemos dejar de lado al elefante rosa en la habitación:
¿qué ha hecho la moda en México por representar la estética nacional y latina? En 2016, el entonces presidente de la Asosiación de Intérpretes (ANDI), Rodrigo Franco, declaraba a Efe que “la publicidad para productos de consumo requiere de un perfil aspiracional, y este es, un blanco de ojos claros, estatura media y entre 25 y 45 años”, y aunque su crítica no iba dirigida la moda como caso en particular, sí la englobaba. De acuerdo con el Módulo de Movilidad Social Intergeracional 2016 del INEGI,
el 80% de los mexicanos se identifica a sí mismos como morenos y el sentimiento por la falta de representación era latente. Sin embargo, el momento que está viviendo el modelaje no es un hecho aislado de las grandes capitales de la moda y ha permeado a otras urbes fashionistas, nuestro país incluido.
H&M Para la apertura de su flagship store en Madero, el pasado marzo de 2017, ha querido ejecutar la campaña más realista posible. Entre sus modelos figuran un hombre y una mujer que fueron descubiertos caminando por la calle; dos empleados de la marca y otras figuras de la escena cultural mexicana. El mensaje es claro: la moda es de quien la viste y en México es de los mexicanos, es momento de abrazar la pluralidad racial de sus habitantes y darle espacio a todas las voces, o quizá sería más preciso decir, a todos los colores.