Para crear las obras, el artista “utilizó una técnica de cribado en estos cuadros, en esta pintura, que nunca volvió a utilizar. Era demasiado complicado, demasiado complicado", explica Rotter sobre esta arduo proceso. La procedencia de la pintura es de la Fundación Thomas y Doris Ammann de Zúrich. Toda la recaudación de la venta se destinará a la fundación, que se dedica a mejorar la vida de los niños del mundo.
