Dicen que es #comidaqueapapacha –lo dice en el menú – y había que ir a probar si era cierto. Es como una especie de diner, pero contemporáneo, y cozy; y por eso se llama así: Niddo. Se definen como un restaurante de soul food; para ellos la comida es una forma de dar a los demás, un regalo.
Foto: Pia Riverola creció en la cocina de su madre, Karen Drijanski, y junto con Mauricio Reyes Retana, abrieron este restaurante para compartir con los demás lo que a ellos tanto los mueve. Lo dice mejor una foto en su Instagram: “Por ella, como lo que como y hago lo que hago. Crecí en su cocina y hace unos días hicimos nuestro sueño realidad”. Karen y Eduardo ya llevaban un rato dándole vueltas a la idea de abrir su propio lugar, pero les tomó tiempo dar con el espacio perfecto hasta que hace unos meses lo encontraron en la Juárez. En la esquina de Dresde y Oxford, con una fachada en un tono muy específico de gris, combinado con un rojo quemado, el lugar a primera vista te hace sentir en otra ciudad.
Foto: Pia Riverola / Niddo sí es como su nombre: cómodo, íntimo y amigable. Las mesas se llenan de amigos o familias que comparten los platos, y que seguro regresarán. Pues hace falta ir más de una vez para probar lo que hay en la carta de recetas que escogieron por ser los que más les gustan. Eduardo y Karen vienen de un linaje de comelones y de cocineros inspirados por sus tías, hermanas, abuelas y las abuelas de sus abuelas... Así que aquí vas encontrar "cosas que siempre hemos comido", como dice, y por eso las hacen bien.
grilled cheese, los huevos poché con jocoque o los pancakes de quinoa para el desayuno; o una ensalada con camarones, un hamburguesa vegetariana o fish cakes para la comida. Y más, decidir entre un scone, un brioche o el babka. Porque aquí el pan, el café –y no hablemos del golden milk con leche de almendra– también son excelentes. Pero nada de esto nos sorprende, si el pan es hecho en casa, todos sus ingredientes son de productores locales y el café de Chiapas.
Foto: Pia Riverola este espacio diseñado en conjunto con el estudio glvdk , de Regina Galvanduque, y el arquitecto y diseñador Andrés Mier y Terán. Las mesas y las sillas, las lámparas, también fueron hechas para este restaurante que sirve sus platos en vajillas de Ánfora y Taller Experimental, y está decorado con piezas de Onora. Pero nadie lo puede decir mejor que ellos mismos: la comida de Niddo busca recordar lo que nos gusta a todos, lo que te hace sentir en casa. Por eso la cocina es abierta y solo una isla de mármol en el medio rompe la barrera entre quienes cocinan y quienes se sientan a comer. Ya les dije, si van una vez, seguro van a querer regresar.