Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica, desde que se anunció que este sería el título de la nueva exposición del Metropolitan Museum of Art de Nueva York (la que detona la tan sonada gala del MET ) se antojaba un año controvertido. Lo cierto es que el resultado, más bien, parece una reconciliación del mundo de la moda con el catolicismo. Y es que a diferencia del dramatismo con sabor a blasfemia que se respiró en la alfombra roja de la gala benéfica promovida por la legendaria editora Anna Wintour, la exposición al interior del recinto neoyorkino es más un diálogo entre estas dos expresiones de la humanidad. Un “compromiso continuo de la moda con las prácticas devocionales y las tradiciones del catolicismo” anuncia la ficha informativa de la exhibición en su página web. Los ejercicios de los curadores, encabezados por el no menos legendario Andrew Bolton, logran hacer coincidir estos dos caminos. Por un lado, el misticismo depositado en expresiones artísticas a lo largo de los siglos en los que se ha construido la religión católica y por otro, cómo los artistas y modistos más disruptivos de la moda, han partido de esta iconografía para entregar al mundo verdaderas piezas de museo.
Alexander McQueen, Yves Saint Laurent, Jean Paul Gaultier y John Galliano entre los nombres de la muestra (George Pimentel/Getty Images) Alexander McQueen, Yves Saint Laurent, Jean Paul Gaultier o John Galliano, entre otros grandes. La exhibición exalta el perfil del MET como una catedral donde los fieles de dos religiones encontraran refugio. También habla de una confirmación pues, si bien esto parece una reconciliación entre la moda y el arte, lo cierto es que estas dos han ido de la mano a lo largo de la historia como expresiones de la humanidad.
El factor que sorprende ha quedado materializado en la cuenta de Instagram del editor para Teen Vogue quien encontró ironía en el hecho de que para su primera MET gala a la que fue invitado, la temática fuera el catolicismo. “Esta noche, ese mundo (la religión católica) del que escapé y que nunca volví a mirar colisionó con aquel en el que encontré refugio: la moda. Al recorrer y examinar las piezas de inspiración sagrada de diseñadores homosexuales como Lacroix, Versace y Thom Browne, vi muy claramente que no puedes huir de tu educación. En cambio, tienes que encontrar la manera de coser esos hilos fundamentales en el tapiz mucho más grande de tu vida”.