Las temperaturas han comenzado a descender en la Toscana y con ellas ha llegado la lluvia. Sentado en su oficina, Salvatore Ferragamo, nieto del legendario diseñador de calzado del mismo nombre, vuelve la mirada a la ventana y exclama, “Es una gran noticia que haya comenzado a llover después de una temporada muy seca”. Salvatore se encuentra en Il Borro, un propiedad de 1,100 acres localizada a 60 kilómetros de Florencia.
Este pueblo medieval de más de 1,000 años de antigüedad que fue abandonado después de la Segunda Guerra Mundial, fue adquirido por su padre, Ferruccio Ferragamo, en 1993, quien, después de una esmerada restauración, decidió convertirlo en un hotel. En su interior también hay viñedos, olivos y una granja de la que se obtienen productos como carnes, vegetales, todos con certificación orgánica.