Tanto Pippa como Kate Middleton representan la aspiración de casi cualquier mujer (no todas, por supuesto) y sus padres: casarlas con hombres con los que tengan la vida (económica) resuelta.
Carole y Michael Middleton lucharon con todo para darles lo mejor a sus tres hijos (James es el menor). Dejaron sus trabajos de sobrecargos, pusieron su negocio de fiestas y los metieron a las mejores escuelas, como la Universidad de Edimburgo. Y con las dos mayores les salió perfecto todo. Ahora Kate es la futura reina y Pippa está casada con uno de los hombres más ricos de Inglaterra.
El camino de Pippa fue algo más "sinuoso" que el de Kate, quien encontró al hombre ideal desde hace años, en la universidad. Pero de alguna forma esto “ayudó” a Pippa a hallar su propio galán a pesar de los muchos años que pasaron, pues fue la boda de su hermana con el príncipe William la que (adivinaste) la puso en la mira del mundo y de los varios (y millonarios) sapos que besó antes de encontrar a su propio príncipe, que en cuanto a dinero, no le pide nada al futuro rey de Inglaterra.
En ese camino fue que, ¿sin querer queriendo?, Pippa ha opacado algunas veces a su propia hermana, veamos:
En la boda real, 2011
A Pippa le bastó la inolvidable la foto de su derriére, cuando llevaba el velo de Kate en la abadía de Westminster, para ser “noticia”… y mundial. Vaya manera de lograrlo, ¿no? Por si fuera poco, fue vestida de blanco (con un Alexander McQueen ) cuando todas sabemos cuál es la regla máxima para asistir a una boda (y si no pues es de sentido común) y más si es de tu propia hermana.
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Entre 2011 y 2017, Pippa hizo varias cosas a la par de Kate que aunque no tuvieron relación con ella sí la pusieron en los titulares de las noticias: se “reveló” como columnista en medios y escritora, lanzó dos libros, Celebrate (2012) y Heartfleat (2016). También tuvo tres novios, Alex Loudon (campeón de criquet), Nico Jackson (un financiero) y James Matthews (su hoy esposo). Además dirigió la empresa de sus padres… Se dice que supo explotar bien su fama siendo la hermana de Kate pues antes no era conocida, obviamente. Así se puso en el la mira del mundo y de varios hombres que la pretendieron hasta que encontró al correcto: un millonario.
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Es obvio que Pippa tenía que ser la estrella en su “ gran día ”, pero si tu hermana en ese momento es la royal más querida, la más guapa y la más buscada por los medios, esto podría ser contraproducente. Además, ¿qué tal si Kate quería tomar “revancha” de lo que Pippa (queriendo o no) hizo en su propia boda? Pero para su fortuna Kate se portó perfecta con su hermana y ni acaparó cámara ni se vistió de forma ostentosa y menos de blanco, dejó que Pippa se luciera, como debe ser.
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O al menos no tan fuertes como su hermana mayor, quien desde que se casó con el príncipe William debe cumplir protocolos reales, ir a eventos ( en unas semanas que regrese a sus actividades oficiales ) y seguir preparándose para cuando sea reina de Inglaterra. Al contrario, desde que es esposa de James Matthews, Pippa dejó su carrera profesional, al poco tiempo se embarazó (en unas semanas más será madre) y se ha dedicado a decorar su recién remodelada y millonaria mansión de Londres de 17 millones de libras. Su vida es tan cool que podemos verla pedalear en bicicleta feliz por las calles o disfrutando de Wimbledon por gusto y no por obligación real, como Kate.
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