Antes de hacerle esta entrevista a Mariana Zaragoza, ya había coincidido con ella un par de ocasiones. Mi primera impresión fue: “es súper linda”. Tiene un carisma natural que conquista a cualquiera. Después de platicar más a fondo, confirmé que todo lo increíble que le ha pasado, las experiencias que ha vivido y lo lejos que ha llegado no son casualidad. Aunque desde muy joven desfiló para algunas de las casas de moda más importantes del mundo y hoy comienza a explorar un nuevo camino en la actuación, Mariana se mantiene sensible, observadora, auténtica y, sobre todo, muy aterrizada. Y ese es, sin duda, su verdadero poder y la razón por la que debes tenerla en la mira.
Mariana Zaragoza: de musa de la moda a promesa de la actuación


Tamara Santillán (TS): Esta es tu cuarta portada para ELLE México, ¿cuál ha sido la evolución de la Mariana que tuvimos en portada en 2017 a la de ahora?
Maraiana Zaragoza (MZ): Siento que ELLE me ha acompañado en etapas clave de mi carrera. Desde mis inicios en el modelaje , hasta en los momentos en los que ya estaba trabajando en proyectos importantes dentro de la moda. Luego vino la pandemia, una etapa muy extraña para todos que transformó por completo la forma en la que trabajábamos, especialmente en las industrias creativas. Después, en el periodo post pandemia, tomé la decisión de empezar a actuar y me abrí mucho más respecto a temas personales que antes no compartía. Y ahora me encuentro en un lugar distinto: más establecida en la actuación y con una relación diferente con el mundo de la moda. Han sido ocho años en los que ELLE ha estado presente en cada etapa importante.
TS: Has trabajado en una industria que exige madurez desde muy joven. ¿Qué te hubiera gustado que te dijeran cuando empezaste?
MZ: Creo que me hubiera gustado entender mejor la industria, sobre todo hablando del mundo de la moda. Me hubiera servido tener más seguridad mental y emocional para poder protegerme a mí misma por encima del trabajo y de cualquier otra cosa. Pero también creo que hay cosas que, por más que te las digan, no las aprendes hasta que las vives. Al final, estás entrando al mundo de los adultos siendo una niña, y en esos contextos es inevitable pasarla mal en ciertos momentos. Hay muchas lecciones que solo se aprenden sobre la marcha, y en ese proceso es normal caer o confundirse. Ha sido distinto en la actuación, porque empecé ya siendo adulta y con un recorrido previo en otra industria creativa; llegué con una base sólida, con una idea clara de lo que significa la ética laboral y con la seguridad de que mi bienestar va primero: mi salud, mis límites, todo. Por eso pienso que, aunque empieces desde muy joven y te preparen, hay cosas que inevitablemente te van a afectar.
TS: Tenías 14 años cuando empezaste a modelar y hoy estás abriendo camino en la televisión. ¿Cómo ha sido esta transición en tu carrera? ¿En qué momento supiste que querías ser actriz?
MZ: Una vez alguien me dijo que cuando entras al mundo de la moda, nunca sales de él, y creo que es la frase más cierta que me han dicho. Pero la actuación siempre me llamó la atención. Cuando vivía en Nueva York trabajando en moda, también estudiaba actuación —desde entonces nació una curiosidad y una necesidad de evolucionar. Sentía que necesitaba un cambio de aire, dejar de depender de cómo me veo, de cuánto mido o qué talla soy. Me di cuenta de que para ponerme a mí primero, tenía que buscar un camino que no estuviera tan centrado en lo físico. Y supe que actuar era lo que realmente quería hacer. La gente a veces cree que un día simplemente aparecí en proyectos, pero ha sido un proceso largo. Es una industria completamente distinta a la moda. Por más trayectoria que ya tuviera, en la actuación estaba empezando desde cero. Tuve que aprender a hacer castings, a presentarme, a entender cómo funciona un set, la terminología... todo. Han sido años de preparación, de tocar puertas, de trabajar hasta que los proyectos comenzaron a llegar. Ha sido muy bonito porque, al mismo tiempo, he podido mantenerme en el mundo de la moda, pero bajo mis propios términos, desde un lugar mucho más sano para mí.

TS: ¿Es mucho más complicado prepararte para un papel en una seria o película que hacer un casting como modelo, o estoy equivocada?
MZ: Definitivamente es más complicado. Para audicionar en actuación, necesitas estudiar un guión, entender al personaje, construirlo... eso implica muchas horas de preparación previa. Y eso es solo para un casting. Ahora imagínate cuando ya te quedas con el papel. Tienes que memorizar diálogos, construir al personaje desde lo físico hasta cómo habla, cómo se mueve y cuáles son sus relaciones. Al final estás creando a una persona que debe sentirse real, que nace de ti, pero que no eres tú. El modelaje es distinto. Una vez que dominas lo que implica es automático. Si me das una botella de perfume, sé cómo agarrarla, qué no debo tapar, cómo mostrarla. Si es maquillaje, sé que poses funcionan dependiendo de la ropa o del moodboard que me compartan. En el modelaje casi siempre estás interpretando al mismo personaje: un ideal de belleza, alguien inalcanzable, perfecto. En la actuación, los personajes tienen matices, historias, hablan, tienen diálogos, emociones, interactúan con otros... es más complejo.
TS: De los personajes que has hecho en la actuación hasta ahora, ¿cuál ha sido el mas retador?
MZ: La verdad es que todos. Siento que, como llevo poco tiempo actuando, todo lo que hago es nuevo para mí, ¿me explico? Al ser todo nuevo, cada proyecto implica un reto diferente. Obviamente, hay personajes que están más cercanos a mi realidad que otros. Por ejemplo, en algún momento interpreté a una abogada, y eso está lejísimos de quien soy. De pronto tenía que memorizar guiones llenos de terminología legal que jamás había escuchado y no solo era aprendérmelos, sino hacer que pareciera que realmente entendía lo que decía, como si fueran términos que uso todos los días. Hace poco hice un personaje con una historia muy fuer - te, relacionada con las drogas y la trata de personas. Esa fue otra experiencia súper lejana a mi realidad, pero justo por eso requería aún más cuidado. Era importante encarnar esa historia con respeto, sabiendo que hay muchas personas que viven ese tipo de situaciones. Creo que esos dos han sido los más retadores: uno por lo técnico y el otro por lo emocional. Este último era muy demandante porque el personaje estaba constantemente en un estado emocional complejo.

TS: ¿Qué momento en tu carrera ha sido un "pinch me mmoment"?
MZ: Me siento extremadamente afortunada, porque a lo largo de los años me han pasado muchas cosas que de vedad me hacen pensar “¡Qué locura que estoy aquí! ¡Qué locura estar al lado de estas personas!”. Cuando empecé a actuar profesionalmente, todo me parecía muy lejano, y de repente me vi compartiendo escena con actores que admiro, que veía desde niña. Yo pensaba “¿Cómo puede ser que ahora estoy trabajando con ellos?”. En la moda, que es la carrera más larga y consolidada que tengo, viví experiencias y oportunidades que hasta hoy me siguen pareciendo increíbles. Trabajé con casas de moda que jamás imaginé, con diseñadores que eran parte de mi día a día. Estuve en Dior, trabajé con Marc Jacobs, con Anthony Vaccarello, con Miuccia Prada, hacía looks para Miu Miu, cerré un desfile de Prada, he hecho varias portadas, esta es mi cuarta para ELLE México... Son cosas que no tienen mucha explicación. Momentos que, a veces, no sé cómo ni cuándo llegaron, pero que han significado una validación muy bonita de todo el esfuerzo y la dedicación al trabajo que hecho durante todos estos años.
TS: ¿Hubo algún look que llevaste en un desfile o sesión de fotos que te haya marcado para siempre?
MZ: A ver... creo que el look del desfile que cerré con Prada. Fue mi segundo gran desfile y lo hice como exclusiva. Recuerdo perfecto que era un conjunto de dos piezas amarillo, como de gasa, con detalles de aplicaciones y plumas. Literalmente lo fueron construyendo sobre mí, pieza por pieza, mientras yo lo llevaba puesto. Ese look fue clave en mi vida. Siento que marcó un antes y un después. No sé si estaría hoy donde estoy si ese momento no hubiera ocurrido.

TS: Todo este tiempo has estado súper presente en redes sociales. ¿Cómo es tu proceso creativo y cómo te mantienes fiel a tu esencia?
MZ: Para muchas personas, las redes sociales son un lugar para construir personajes y está bien, pero para mí han sido justo lo contrario: un espacio donde puedo ser yo misma lejos de los roles que interpreto en la moda o la actuación. Desde el inicio sentí la necesidad de tener un lugar donde expresar mis ideas, emociones y mostrar el proceso detrás del resultado final. Siempre he querido compartir mi día a día de forma real y honesta, porque creo que es importante que quienes aspiran a esta carrera conozcan lo que realmente implica. Además, creo que en esta industria es fácil parecer inalcanzable, pero mi vida es como la de cualquiera, solo con un trabajo distinto. Por eso valoro mucho haber construido una comunidad donde mi voz tiene peso y trato de usarla con responsabilidad y desde la honestidad.
TS: ¿Sientes responsabilidad hacia tu audiencia, sobre todo porque en su mayoría son mujeres jóvenes?
MZ: Sí, totalmente. Creo que cualquier persona con una plataforma debe ser consciente del impacto que tiene y ser coherente con lo que comparte. En mi caso, he pasado por muchos procesos dentro de la moda relacionados con los TCA (Transtornos de la Conducta Alimentaria), los cuerpos, las tallas y los cambios físicos, así que para mí ha sido fundamental hablar desde un lugar honesto, real y específico, porque lo he vivido en carne propia y entiendo lo que implica. Siento el compromiso de ser una voz consciente y congruente, que no promueve cosas que no consume y que solo habla de lo que realmente conoce. Si algo de lo que he vivido puede impactar positivamente a alguien más, lo comparto sin filtro. Además, muchas personas me siguen porque sueñan con hacer lo que yo hago, y me parece importante ofrecer una visión honesta no solo con mis palabras, sino también con mis acciones. Yo crecí, cambié, ya no me veo como cuando tenía 14 años pero aquí sigo. No desaparecí, simplemente tomé otro rumbo: ahora actúo, salgo en películas, tengo mi espacio, tiempo para mí, veo a mi familia.

TS: ¿Tienes algún ritual o rutina que te ayuda a mantenerte centrada entre tantos proyectos? ¿Qué haces en esos días en los que dices "Estoy harte de todo"?
MZ: Claro que tengo días difíciles, y he aprendido a permitirme vivirlos. A veces quisiera una vida más estructurada, con horarios fijos y la posibilidad de desconectarme, porque en esta profesión trabajo y vida personal están completamente mezclados, lo que puede ser muy agotador. En esos momentos trato de protegerme: cuido lo que consumo, me alejo de lo que no me suma y construyo una rutina con pequeñas acciones que me anclan como hacer ejercicio, pasear a mis perros o cocinar. También he aprendido a disfrutar actividades fuera del trabajo, y eso ha sido muy liberador.
TS: Para estas fotos de portada usaste varias piezas de Prada. ¿Qué es lo que más admiras de la marca y qué similaridad encuentras contigo?
MZ: Prada es una casa de moda que ha evolucionado junto con la mujer actual o, mejor dicho, para la mujer actual. Me parece que ha sido tan exitosa justamente porque ha sabido entender las necesidades de las mujeres a lo largo del tiempo. Quizá también tiene que ver con que está liderada por una mujer. Prada entiende lo que es querer estar cómoda, lo que implica que las mujeres trabajen, se muevan, vivan. Ha sabido romper con esa idea del glamour como algo inalcanzable o incómodo, y nos ha regalado un respiro: mostrarnos que no todo tiene que ser perfecto.