Gomez explicó que durante varios años osciló entre altibajos maniacos y largos episodios de depresión que la hacían pasar semanas en cama. "Comenzaría con depresión, luego pasaría al aislamiento", dijo. "Entonces simplemente no podía moverme de la cama. No quería que nadie me hablara”, agregó.

Al ver que no mejoraba y que además había sido diagnostica con Lupus, Selena se sintió perdida y decidió buscar tratamientos para sus ataques de ansiedad, pánico y depresión. En seguida, expresó que las ideas de suicidarse la acecharon constantemente. "Pensé que el mundo sería mejor si yo no estuviera allí”.