Como el hombre más rico del mundo, Elon Musk se puede permitir muchas cosas que el resto del mundo no; como viajar al espacio, hacer falsas promesas de acabar con el hambre del mundo y jugar malas bromas sobre transacciones de miles de millones de dólares. El empresario afirmó que diversificó su negocio a la perfumería y había vendido miles de frascos de su fragancia “Burnt Hair”, con olor a pelo quemado.
El sentido del humor del dueño de Tesla es bastante irónico y caprichoso: “Gracias por comprar mi perfume, así puedo comprar Twitter”, escribió Elon Musk el miércoles en su propia cuenta de la red social. Después de mucho preámbulo, se espera que el empresario llegue a un acuerdo para comprar la plataforma por $44 mil millones de dólares antes de que acabe el mes.