Lachlan Watson habla sobre género, ser no binarie y la lucha trans
Lachlan Watson, cool de nacimiento, libre de etiquetas y segure de lo que quiere. Pero sobre todo, con un profundo respeto hacia todes. Así es Lachlan.
Para nuestra portada de junio, No Gender Issue, Lachlan Watson se convirtió en la primera persona no binaria en aparecer en una portada de ELLE México y junto con Olly Eley, quién protagonizó la portada del mismo mes en ELLE UK, les primeres no binaries en cubrir las portadas de ELLE en el mundo.
Carolina Alvarez (CA): ¿Qué opinas del espectro de género? ¿Crees que es limitante?
Lachlan Watson (LW): Durante demasiado tiempo se ha esperado que las personas queer encajen en las cajas de la heteronormatividad. Esas cajas que han sido etiquetadas, categorizadas y codificadas por colores de manera tan irrefutable que solo puedes usar ciertos colores, hacer ciertas cosas y tienes que llamarte de tal forma o de lo contrario es un caos. Creo que cuando llegó la revolución queer, la única forma de ser aceptado era encajar con los términos que entendían las personas heterosexuales y cisgénero. Históricamente las etiquetas tienen mucho sentido para mí, pero estoy de acuerdo contigo en que se han vuelto obsoletas. No creo que en el futuro sean necesarias y el espectro es limitante hasta cierto punto. Simplemente no es necesario. Somos quienes somos y a quién le importa.
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CA: En “Lo que me gustaría que supieras de: ser no-binario” de Netflix hablaste sobre amar a un alma y no a un cuerpo. ¿Cómo llegaste a ese concepto sobre el amor siendo tan joven?
LW: Llegué gracias al gran amor que me tengo. Porque valoro mi alma muy por encima de cómo valoro mi cuerpo. El alma es lo que se debe cuidar y mirar, se debe priorizar. El cuerpo viene después, el cuerpo es solo carne... es lo que nos ayuda a desplazarnos en el mundo y tiene su propio peso, por supuesto, pero en última instancia, primero se debe ensalzar el alma. Cuando me di cuenta de eso, fue muy fácil darles a los demás el mismo espacio para ser frágiles y vulnerables, de simplemente ser humanos y equivocarse; es el espacio que me di a mí misme para ser todas esas cosas. También me cansé de las etiquetas, porque no es así cómo me veo a mí misme, y me amo demasiado para meterme en esa pequeña y tonta caja. Es recuperar esa libertad para amar a quien quiera sin que se convierta en un juicio o un cuestionamiento.
CA: ¿Podemos hablar sobre tu doble mastectomía? ¿Por qué fue importante realizar esa cirugía?
LW: Para mí fue una afirmación porque, ¿quién los necesita? Para mí, no era diferente de un tatuaje. Quiero decir, ¿por qué nos dan cuerpos si no se nos permite hacer lo que queramos con ellos? Nunca me sentí bonite por tener esas partes femeninas. Nunca sentí que deshacerme de mi pecho me quitaría algo, al contrario, me dio esta libertad que siempre había querido y que luego me daría esta sensación de validación. Esa fue la parte más importante, realmente nunca fue una disyuntiva, en todo caso pensaba, “yo no elegí tener esto entonces, ¿por qué no puedo quitármelos?”. No solo fue un cambio de vida, me salvó la vida; fue como reclamar mi poder. Estaba cambiando mi nombre, cambiando la forma en que me veían, las percepciones que todos tenían de mí. ¡Y estaba muy feliz! La primera vez que me puse una camiseta a rayas y vi que las rayas quedaban planas, ¡lloré! Porque lo sabía, una parte de mí decía: “esto es lo que necesitaba para sentirme yo”.
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CA: Hoy en día todo el mundo quiere hablar sobre visibilidad trans y aceptación genderqueer, pero ¿cómo crees que podríamos involucrarnos más y no solo ser espectadores del movimiento por los derechos civiles LGBTIQ+?
LW: Informándonos sobre el tema. Queda claro que proyectos legislativos como el Proyecto de Ley del Senado 515 en E.U. ocurren cuando la gente no escucha. Leyes como esa se aprueban porque la gente no está informada y se niega a equivocarse. Es increíble, pero las personas en el poder podrían prevenirlo si estuvieran dispuestas a debatir, a informarse, si estuvieran dispuestas a equivocarse. Si esas personas se sentaran a escuchar a una persona trans alguna vez o si su primo fuera trans, o su hijo, entenderían que esas leyes están poniendo vidas en juego. Poner en perspectiva lo importante que es la información, leer las experiencias de otras personas y darles el micrófono durante tres segundos, cambiaría muchas vidas. Hemos luchado por esto, yo he luchado por esto toda mi vida. Me crió un abogado, sé de qué hablo, sé exactamente quién soy. Pero rara vez se me permite la oportunidad de hablar sobre esto, de usar este conocimiento y mi experiencia para mejorar la vida de otros jóvenes trans, para informar a otras personas o simplemente para hacer que la gente diga, “ah, ¿es así? No sabía”. Y es tan fácil entregar ese poder, con solo preguntar: “¿qué quieres? ¿quieres esto?”, las vidas cambian. La gente tiene tanto miedo de ceder ese poder, que no se da cuenta de que, como personas trans, ese poder nunca ha sido nuestro y tenemos que luchar para conseguirlo. En realidad no es porque seamos militantes sobre nuestra identidad, no es porque nos guste luchar, es la única forma para tener el mismo poder que tienen todos los demás. Imagínate si hubiera una persona trans en esas oficinas o cerca de esos edificios donde se aprueban esas leyes, habría un cambio enorme. Apenas haber incluido a una persona trans en el gabinete de la presidencia este año es una locura; te hace pensar sobre cuántos proyectos de ley se han aprobado con los cuales no hemos tenido nada que ver. Así se generan los cambios: al permitir que las personas trans participen en esos diálogos, o por lo menos, poner a una persona trans en tu programa de televisión, porque tal vez el político vea ese programa y quizás así algunas cosas cambien. Todo esto está pasando en Estados Unidos, pero pone en perspectiva lo que tiene que estar pasando en todas partes, porque las personas trans no son parte del diálogo y por eso no hay nadie que nos defienda. Estoy segure de que hay menos gente defendiendo a los jóvenes trans en México y eso me rompe el corazón porque debería ser universal. Debería de haber gente luchando por nosotros, todos deberían estar en esto, no solo las personas trans o gays, sino todos, es por la vida humana. Hay trans en todas partes y la intolerancia, el odio, también están en todas partes. Así que cuanta más gente sea comprensiva, aliada y esté informada, menos poder tendrá la intolerancia para comprometer nuestros derechos, nuestro bienestar y nuestro derecho al futuro.
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CA: ¿Qué significa Pride para ti?
LW: En este momento, significa autodefensa y abogacía por los demás. Es estar tan lleno de orgullo propio que no estás dispuesto a comprometer tus derechos, tu vida y bienestar, que no estás dispuesto a permitir que gente asustada que no sabe lo que quiere dicte esos derechos. Pride es estar orgulloso de no aceptar un “NO” por respuesta y luchar, recuperar ese control y cambiar tu cuerpo si es lo que de verdad quieres. Ser tan seguro y orgulloso de quien eres que no estás dispuesto a ceder ese poder a nadie más. Que lucharás por ello y que lo harás realidad.
CA: Sé que te gustan mucho la moda y la belleza, ¿cómo ha sido tu relación con este mundo? ¿Qué marcas te gustan? ¿Te sientes representade?
LW: La industria de la moda podría hacer muchos cambios si quisiera. La moda es una de las industrias artísticas más binarias que existen, y trabajo en Hollywood, así que eso es mucho decir. Todas las pasarelas a las que he ido en Fashion Week en París han sido de ropa de mujer, y sé que soy queer, así que si tengo que presentarme como mujer, ir vestida así y decirle a los demás “¡ey! así no soy yo”, estoy dispueste a seguir la corriente. Pero al final no importa, la moda es increíble y he gravitado hacia ella porque me ha brindado un gran sentido de libertad. La moda siempre ha sido mi escape porque es donde puedo usar este caparazón, ponerme lo que quiero y cubrirlo en colores, adornos, género y todas esas cosas de diferentes lugares, piezas que tienen que ver con la historia... Es una oportunidad para hacer del género lo que quieres que sea. Y esa oportunidad es tan rara; poder quitarme lo que traigo puesto al final del día, quitarme todo y seguir siendo yo y mañana ponerme otra cosa y ser alguien completamente diferente; es muy emocionante. A pesar de lo increíble que fue Sabrina, fue muy limitante porque estaba interpretando a una versión muy específica de ser trans que era muy masculino. No me permitieron dejarme crecer el pelo y se convirtió en una pelea que Theo pudiera usar botas con tacón; pero yo solo quería usarlas para verme más alte. De esa manera fue limitante, porque ya no me identifico con eso, pero también fue un ejercicio divertido de paciencia. Cuando pude dejarme crecer el pelo y decolorarlo, regresé a ser yo y a retomar esa representación de género e irme al otro extremo. Ha sido maravilloso experimentarlo. Sin duda hay una libertad en la moda que no puedes encontrar en ningún otro lugar, de todos modos, nadie respeta realmente la moda masculina o femenina, la gente hace y se viste como quiere, eso es increíble, pero son esos detalles heteronormados los que la hacen arcaica. Sobre las marcas, irónicamente amo Miu Miu, lo cual es gracioso porque es una marca muy femenina, pero hacen ropa pequeña que siempre me queda bien. Miuccia Prada tiene una versión muy interesante de la feminidad, como la bisutería grande y exagerada con adornos y perlas, lo que de alguna manera se siente como dragearse; es una feminidad superelevada que además es más incluyente. Es como si el film noir se encontrara con Lolita. Y me gusta lo que Kenzo hace con la ropa masculina, también hacen ropa pequeña, y muy cómoda.
CA: Si tuvieras la oportunidad de interpretar un papel en cualquier película o serie que ya existen, ¿qué personaje te gustaría ser y por qué?
LW: Qué buena pregunta. Volvería a El silencio de los inocentes, pero no interpretaría a Buffalo Bill, haría el papel de Jodie Foster, Clarice Starling, amo a Jodie, ¡También es un icono bajito! y entonces abordaría que las personas trans no siempre son villanos, pero PUEDEN ser villanos, porque somos humanos... ¡BAAAM! Y en esa versión todo el mundo sería trans. Es más, tengo un tatuaje de Silence of the Lambs (justo debajo de la cicatriz de mi cirugía de pecho), así que tiene sentido, es una de mis películas favoritas, lo cual es muy irónico porque casi todos mis amigos trans la odian. Es una representación terrible de las personas trans, pero me encanta porque es muy campy. La razón por la que el rol trans es malo, es el guion. Es un comentario social sobre la interacción de la sociedad con Buffalo Bill, porque es un personaje “raro y malo”, pero explora para nada las razones de Buffalo Bill. Me encanta el cine trans, es tan malo que es bueno.
Corre a conseguir la versión impresa de esta edición (tan) especial <3.