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Ellas hacen cine: Lila Avilés

La directora de 'La Camarista' piensa en el momento en que le tocó ser cineasta; en la lucha de las demás mujeres que crearon este momento único.
mar 15 septiembre 2020 02:23 PM
Lila Avilés, directora de cine
Lila Avilés fotografiada por Nuria Lagarde para ELLE México.

SEIS DIRECTORAS, FOTÓGRAFAS, GUIONISTAS Y PRODUCTORAS DE CINE MEXICANAS HABLAN DE CÓMO HA SIDO ABRIRSE CAMINO EN LA INDUSTRIA Y DESHACERSE DE LOS ESTEREOTIPOS EN TORNO A LA MUJER. ADEMÁS DE CUESTIONAR LA LLAMADA "MIRADA FEMENINA". ELLA ES LILA AVILÉS.

"Tenemos que dejar de identificar a la mujer como una sola cosa, atribuirle un tipo de cine” - Lila Avilés.

Con La camarista (2018), Lila Avilés mostró un retrato único de la desigualdad en México. Se alejó del romanticismo con el que comúnmente se trata el tema. Esta es su ópera prima y, además de recibir el Ariel en dicha categoría, su película fue seleccionada para representar a México en los Óscar. Si algo tiene claro, es que seguirá contando lo que es tan cotidiano e injusto en nuestro país, que incomoda.

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ELLE: VINIENDO DEL TEATRO, ¿CÓMO DESCRIBIRÍAS TU PROPIO CAMINO EN EL CINE?

Lila Avilés (LA): Para mí, el descubrimiento como cineasta llevaba mucho tiempo y cuando me descubrí, vi que fluía tanto como una relación de amor. Hay cosas que aunque uno quiera, no fluyen. Yo buscaba el cine y el cine me encontró, es la única certeza que tengo en mi vida, que quiero seguir siendo cineasta hasta donde me dé chance la vida. Tal vez me tardé mucho en ser cineasta, pero venía cargando otras historias. Si estás siempre atento a la sociedad, tienes el impulso de seguir hablando.

ELLE: ¿CUÁNDO DECIDISTE: "VOY A DIRIGIR MI PROPIA PELÍCULA"?

LA: Venía del teatro, hice publicidad y estuve en un millón de trabajos. Pasé por vestuario, arte, asistente de dirección, de producción; lo bonito del teatro es que se generan vínculos estrechos y esa fue mi escuela. No estudié cine, pero algo me impulsó a comprar una cámara y empecé a hacer mis ejercicios. Aprendí a editar buscando aquí y allá, buscando tutoriales. Eso además de muchos años viendo cine. Al final uno genera sus escuelas. Es bonito pensar que sí, se me va la vida en hacer una película.

Creo que yo buscaba el cine y el cine me encontró, es la única certeza que tengo en mi vida.
Lila

ELLE: ¿CÓMO TE SIENTES CUANDO HABLAN DEL TRABAJO DE UNA DIRECTORA Y LO ENCASILLAN CON EL TÉRMINO "MIRADA FEMENINA"?

LA: Molesta el término. Es como si para hablar de mujeres en la literatura, dijeran “ah, Agatha Christie para las señoras”. La pregunta del millón era: “¿cómo es ser una directora mujer?”, y pensaba, pues ustedes díganme, ¿qué es ser periodista hombre? o ¿qué es ser pintor hombre? Entiendo la raíz de la lucha, que es necesario darle ese empujón, pero tenemos que dejar de identificar a la mujer como una sola cosa, atribuirle un tipo de cine. Lo más bello de La camarista es que yo puedo no estar y la película habla, sin que cuestionen si la hizo una mujer.

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ELLE: VIENDO EN RETROSPECTIVA TODO LO QUE PASÓ CON LA CAMARISTA, SOBRE TODO EN ESTA PAUSA, ¿QUÉ VIENE A TU MENTE?

LA: Pienso mucho en el momento en que me tocó ser cineasta, en la lucha que llevan tantas mujeres, que eran una entre cientos de hombres y ahora somos más. Particularmente en México hay muchas cineastas, me da alegría, pero faltan muchas más. También pienso en cineastas como Agnès Varda, que hizo una película de este estilo, luego del otro y siguió creando hasta sus noventa años, tan llena de vida, tan admirable. Me tocó conocerla en un festival de cine en Marruecos y lo que transmitía era increíble.

ELLE: ¿SIENTES LA PRESIÓN DE LAS EXPECTATIVAS TRAS EL ÉXITO DE TU OPERA PRIMA?

LA: Siempre hay cierta expectativa, no de uno, sino de la comparación, “esto no es Camarista” o “es muy Camarista”. Siempre habrá ese prejuicio, pero es un salto al vacío. Cuando por fin pude estrenar la película me cayeron muchos veintes, que si uno gana un premio, es una alegría total, pero te das cuenta de que somos una sociedad colectiva y que las cosas que uno hace repercuten. Siempre he de sentirme muy en la tierra, que ni el ego ni lo de fuera te minen. Ganar premios es una cerecita más, pero lo que nos une es el hecho de ser cineastas.

ELLE: ¿EN QUÉ PIENSAS CUANDO LLEGAN ESOS MOMENTOS DE DUDA E INCERTIDUMBRE?

LA: Me doy cuenta que los cineastas que admiro no hicieron dos películas, hicieron un montón. Ves a Bergman e hizo 45 películas, cuántas hizo Varda, y Almodóvar continúa. Al final es ese ímpetu, y saber que no todo será tan bueno, pero mientras uno tenga esa fortaleza de decir “creo en esto”, hay una buena llave. Guste o no guste, habrá dignidad y hay que seguir con esa mochilita en los brazos.

ELLE: ¿CON TODOS LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA EN LA INDUSTRIA, ¿CUÁL SERÁ EL PAPEL DE LOS FESTIVALES DE CINE?

LA: Tuve la fortuna de viajar mucho con La Camarista, y para una película que quizás habría costado trabajo distribuir, los festivales son maravillosos. Ahí entiendes que hay toda una curaduría y una depuración para que las personas vayan, vean, les guste y vean más. Lo hacen más fácil para el público. La maravilla de los festivales son las mesas de debate y las preguntas después de la proyección. Las preguntas del público fueron lo que más disfruté con la película, cuando me sentía cansada, eran lo que me daba energía. Tendría que haber festivales en cada espacio posible, tenemos que empujar mucho para que esto persista.

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