ELLE: VINIENDO DEL TEATRO, ¿CÓMO DESCRIBIRÍAS TU PROPIO CAMINO EN EL CINE?
Lila Avilés (LA): Para mí, el descubrimiento como cineasta llevaba mucho tiempo y cuando me descubrí, vi que fluía tanto como una relación de amor. Hay cosas que aunque uno quiera, no fluyen. Yo buscaba el cine y el cine me encontró, es la única certeza que tengo en mi vida, que quiero seguir siendo cineasta hasta donde me dé chance la vida. Tal vez me tardé mucho en ser cineasta, pero venía cargando otras historias. Si estás siempre atento a la sociedad, tienes el impulso de seguir hablando.
ELLE: ¿CUÁNDO DECIDISTE: "VOY A DIRIGIR MI PROPIA PELÍCULA"?
LA: Venía del teatro, hice publicidad y estuve en un millón de trabajos. Pasé por vestuario, arte, asistente de dirección, de producción; lo bonito del teatro es que se generan vínculos estrechos y esa fue mi escuela. No estudié cine, pero algo me impulsó a comprar una cámara y empecé a hacer mis ejercicios. Aprendí a editar buscando aquí y allá, buscando tutoriales. Eso además de muchos años viendo cine. Al final uno genera sus escuelas. Es bonito pensar que sí, se me va la vida en hacer una película.
Creo que yo buscaba el cine y el cine me encontró, es la única certeza que tengo en mi vida.
ELLE: ¿CÓMO TE SIENTES CUANDO HABLAN DEL TRABAJO DE UNA DIRECTORA Y LO ENCASILLAN CON EL TÉRMINO "MIRADA FEMENINA"?
LA: Molesta el término. Es como si para hablar de mujeres en la literatura, dijeran “ah, Agatha Christie para las señoras”. La pregunta del millón era: “¿cómo es ser una directora mujer?”, y pensaba, pues ustedes díganme, ¿qué es ser periodista hombre? o ¿qué es ser pintor hombre? Entiendo la raíz de la lucha, que es necesario darle ese empujón, pero tenemos que dejar de identificar a la mujer como una sola cosa, atribuirle un tipo de cine. Lo más bello de La camarista es que yo puedo no estar y la película habla, sin que cuestionen si la hizo una mujer.