El maquillaje monocromático es probablemente uno de los looks más fáciles y rápidos de hacer, además de hacerte ver muy casi como si hubieras pasado horas haciéndolo. No nos confundamos, que sea sencillo no lo hace básico, todo lo contrario. La clave está en elegir un color que te guste y te favorezca, considerando que ese será el tono que sobresaldrá, si no es que el único. Para simplificarlo, si es tu primera vez intentándolo, siempre es bueno optar por un look bronceado o uno ruborizado; dos maquillajes naturales que le se le ven bien a todo el mundo.
Tu guía para un maquillaje monocromático
Es mucho más sencillo de lo que parece.
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Empieza por preparar la piel con tu rutina de skincare habitual y asegúrate de usar una crema súper humectante para darte ese glow natural. Dependiendo del tiempo y las ganas que tengas, puedes optar por aplicar una base que te guste para unificar la piel si buscas algo un poco más elaborado. Si no, simplemente usa un corrector para zonas específicas e imperfecciones.
Piensa en tu cara como un lienzo; una vez que la base está lista, podemos empezar a pintar, con la ventaja de que elegir un solo color elimina la necesidad de pensar en combinaciones.
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Para darle el toque monocromático al look, la mejor opción será usar un producto en crema, ya que es muy fácil de aplicar, tiene un resultado más natural y además funciona en cualquier parte de la cara: en este caso, como sombra para los ojos, blush para los cachetes y tinte para los labios. Al aplicarlo en estas tres zonas, asegúrate de difuminar muy bien, tanto que el color que usaste en tus ojos y cachetes se unan ligeramente.
Los toques finales son tu elección, como ponerte rímel, un delineado o algo de gloss e iluminador para más brillo. Y no te olvides de sellar con un fijador para que el maquillaje dure todo el día.
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