Es normal que sientas que tu perfume favorito deja de oler veinte minutos después de que te lo pones. En gran parte esto pasa porque tu nariz se acostumbra a la composición de notas y las deja de "reconocer". Por otra parte, conforme pasan las horas, se disminuye su intensidad. ¿La solución? Seguir estos cinco sencillos trucos.
1. Aplícala justo después de bañarte y séllalo
La piel hidratada retiene mejor la fragancia. Por eso, después de bañarte seca rápidamente tu piel y aplica una crema hidratante (¡sin fragancia!) para preparar tu piel. Sigue con la fragancia y ¡listo! Si quieres volver a aplicar la fragancia, repite el paso de la crema hidratante para sellar el aroma y prolongar su duración.
2. Nunca (nunca, nunca) frotes la fragancia
Aunque así lo hacen en las películas, la fricción altera la composición de la fragancia y provoca que se evapore mucho más rápido de lo normal. Lo ideal es que la apliques en los puntos clave (muñecas, cuello y atrás de las orejas) y presiones suavemente para esparcir la fragancia. En serio, no necesitas hacer nada más.
3. ¡No te olvides del pelo!
El pelo tiene la capacidad de guardar y preservar el perfume. Lo ideal es que apliques un spray ligero sobre él para evitar que el alcohol de la fórmula lo seque. Todavía mejor, si puedes conseguir un perfume formulado para aplicarse en el pelo podrás cuidarlo aún más.
4. Guarda bien tus fragancias
El lugar en el que guardas tus perfumes es igual de importante que todo lo demás. Intenta guardarlos en un espacio en el que no les de el sol directo y no haga mucho calor; esto preservará la integridad de la composición.
5. Aprende a dejar ir…
Esa fragancia que tienes desde hace años probablemente ya no conserve el aroma original. La fecha de caducidad de las fragancias pueden variar entre dos y diez años. Para saber si ya venció, checa si el perfume huele distinto y si se ve nublado, separado y/o amarillento. Si ha cambiado, lo más probable es que debas dejarlo ir y cambiarlo por uno nuevo.