Usar un hidratante parece muy básico, solo lo tienes que aplicar como último paso de tu rutina de skincare antes de tu bloqueador. Aunque en realidad es *ligeramente* más complicado, ya que hay ciertos detalles que tenemos que cuidar para que nos funcione a la perfección. Te dejamos la lista de los errores más comunes y cómo solucionarlos.
1. No es para tu tipo de piel
Este punto aplica para absolutamente todos los productos que vayas a usar: necesitan ser para tu tipo de piel. Aunque suene obvio, necesitas darle a tu piel una fórmula con ingredientes y texturas que la beneficien; de lo contrario, puedes provocar reacciones alternas. Por ejemplo, si tienes piel seca y estás usando un hidratante ligero, no le vas a dar suficiente humectación ni hidratación a tu piel. Y si tienes piel grasa y usas un hidratante oclusivo y/o espeso, vas a congestionar tus poros. Así que, la regla básica es:
- Pieles grasas: texturas en gel
- Pieles mixtas: texturas en gel-crema
- Pieles secas: texturas en crema
- Pieles con sensibilidad sensibles: la textura para tu tipo de piel + una fórmula sin fragancias.
2. Estás aplicando demasiado
La porción ideal es del tamaño de un chícharo. Realmente no necesitas más, ya que la piel solo puede absorber cierta cantidad de producto; lo que sobra solo se mantiene sobre tu piel. Esto puede llegar a congestionar la piel y provocar granitos. Aparte de que todo el producto que no absorbe tu piel está siendo desperdiciado </3. Mejor, aplica la cantidad correcta y ahórrate dinero.
3. Lo haces sobre piel seca
Aplicar el hidratante sobre piel seca suena como lo más normal del mundo. Pero es mucho mejor hacerlo sobre piel húmeda , ya que esto permite sellar los productos en la piel y, por ende, aumentar su eficacia.
4. Lo aplicas como si odiaras tu cara
No sé por qué pasa, pero muchas veces cuando nos toca aplicar el hidratante lo hacemos agresivamente como si nuestro objetivo fuera torturar nuestra piel. Usar movimientos agresivos inflama e irrita la piel, provoca rojeces e incluso micro-roturas que pueden resultar en capilares rotos y granitos. Lo ideal es que apliques tu hidratante suavemente con movimientos hacia arriba para darle un pequeño lifting natural a la cara.
5. No bajas el hidratante
Cuando aplicas cualquier producto de skincare, es importante hacerlo desde la frente hasta el pecho. Esto se debe a que la piel de tu cuello y pecho requiere los mismos cuidados que la cara. Así que, cuando apliques tu hidratante, bájalo hasta el cuello y el pecho. Éste es el consejo número uno que da Joanna Czech, la esteticista detrás de la complexión de celebs como Kim Kardashian , Christy Turlington, Lily Aldrige y Bella Hadid.
6. Te lo saltas “porque no lo necesitas”
El hidratante es clave para sellar la hidratación y mantener el balance del microbioma y la barrera de la piel. Cuando te lo saltas, la piel se siente “expuesta y seca” y como mecanismo de defensa empieza a sobre-producir grasa; algo que congestiona los poros y provoca acné. Para evitar todo esto, simplemente tienes que usar un hidratante para tu tipo de piel (punto 1) y dejar que haga su trabajo.