1. Disminuye el uso de las herramientas de calor
Primero lo primero; dale un descanso a tu pelo de las herramientas de calor . Utilízalas únicamente cuando sea indispensable (por ejemplo si tienes un evento importante) para que tu pelo tenga más tiempo de repararse. Si las vas a usar, asegúrate de aplicar generosamente un protector térmico para disminuir los daños.

2. Complementa con una mascarilla
Una vez a la semana, aplica una mascarilla hidratante. La mascarilla te ayudará a tratar la fibra capilar, revertir los daños y dar una buena (y necesitada) dosis de nutrición e hidratación. Puedes usar una mascarilla que sea con o sin enjuague, dependiendo de qué se adapte mejor a tu rutina, lo único que no es negociable es que no abuses de ellas (checa el punto número cinco), úsala máximo una vez a la semana.
