Levanta la mano si tus mañanas son así: te despiertas con los ojos hinchados, con el paso de las horas regresas a tu mirada normal, te vas a dormir y vuelves a despertar con los ojos hinchados. Yo llevaba meses atrapada en este ciclo vicioso, hasta que decidí cambiar los tres hábitos responsables de mi inflamación.
Despiertas, ¡ojos hinchados otra vez! ¿cómo lograr que esto pare?
1. Dormir menos
No voy a mentir, siempre me he esforzado para dormir entre 9 y 10 horas diario, reducir el tiempo me costó una vida. Lo bajé a 8 horas ( el mínimo negociable ) y noté la diferencia en mis ojos al día siguiente -aparte de que mi día fue significativamente más productivo-. ¿Por qué funciona? Porque cuando dormimos no parpadeamos y esto provoca hinchazón; si disminuyes el tiempo de sueño, disminuyes la inflamación.
2. Disminuir el consumo de sal
Al parecer comer papitas todo el día y ponerle mucha soya a toda la comida no es la mejor opción si quieres amanecer con ojos normales. Esto se debe a que la sal promueve la inflamación de los tejidos del cuerpo y cómo el contorno de los ojos es tan delicado, es uno de los primeros lugares donde se nota el hinchazón.
3. Cambiar de crema de contorno
Desde que empezaron a cambiar las temperaturas mis párpados se empezaron a resecar muchísimo. Para contrarrestar estos efectos, decidí ponerme una crema espesa y emoliente, algo que claramente fue un error. Empezando porque la crema no debería ir directamente sobre el párpado móvil (yo hago la excepción porque mi piel es súper seca y lo necesito), pero especialmente porque la crema que escogí era demasiado pesada para la zona.