Paren todo, Chanel acaba de crear una nueva aventura olfativa. Les Eaux de Chanel consiste de tres fragancias únicas que buscan evocar ese sentimiento de dejarlo todo para escaparse por un rato, las cuales están inspiradas en los tres lugares favoritos de Gabrielle Chanel . Y a pesar de ser diferentes, cada una se enfoca en una misma sensación: la frescura. PARIS-DEAUVILLE Deauville, un resort en una playa en Normandía, fue donde Gabrielle Chanel decidió abrir su primera tienda en 1913 con diseños que estaban revolucionando el mundo de la moda. La fragancia inspirada en este lugar abre con notas de salida cítricas, un corazón floral y un fondo amaderado con chipre y pachuli.
En 1915, se inauguró el segundo espacio para los diseño de Chanel en Biarritz, un pueblo en la costa Vasca que ha sido un destino vacacional para la alta sociedad desde el siglo diecinueve y mezcla a la perfección el espíritu deportista y la elegancia. El perfume que lleva su nombre combina la toronja y mandarina con acordes de lirio acuático y una base de vetiver y almizcle blanco.
Después de la muerte de Boy Capel en 1919 (amante de Mademoiselle Chanel), ella huyó a Venecia con sus amigos Misa y José Ma Sert para salir de su depresión. Esta ciudad reavivó sus deseos de vivir y le regresó su creatividad, tanto que creó sus primeras colecciones de joyería. Olivier Polge transformó este sentimiento en un aroma que comparte la apertura cítrica de los otros dos, pero con un toque de mora, iris, geranio, ámbar, cedro y vainilla.