La nueva era de JW Anderson: adiós desfiles, hola universo de estilo de vida

Afirmando que no quiere replicar lo que hizo en Loewe , Jonathan utilizará su marca como un espacio de “exploración emocional”, donde cada producto; desde un suéter de cashmere escocés hasta un tarro de miel de Houghton Hall, cuenta una historia. El diseñador colabora con artesanos y amigos, trabaja con textiles británicos tradicionales, y recupera técnicas y materiales que celebran la imperfección como forma de belleza.

Las nuevas colecciones incluirán algunas piezas insignia, como la bolsa Loafer y las polos a rayas, pero con un nuevo lenguaje. El creativo apuesta por una moda lenta, sin calendario, donde un diseño puede mantenerse en el tiempo e ir cambiando: “Se trata de disfrutar el diseño, habitarlo, convertirlo en una historia personal que evoluciona con uno mismo”, afirma Jonathan en el manifiesto de desacelerar su marca.

Con un rebranding sutil pero significativo, que incluye un rediseño de logo en el que la W se nivela con el resto del nombre, JW Anderson hace una declaración de nuevos principios. La marca ya no solo crea ropa, ahora construye un ecosistema de objetos y emociones que dialogan con su identidad, la historia y las pasiones de Jonathan, como la jardinería. Esta es una nueva era en la que el diseñador se expresa con una curaduría de objetos.