Francia está cambiando la industria de la moda y lo hace con un movimiento contundente hacia la moda rápida. El senado de Francia acaba de aprobar una ley que regula a los gigantes de ropa de bajo costo y que está enfocada principalmente a plataformas en línea como Shein y Temu.
La ley tiene como principal objetivo encaminar la moda hacia lo sostenible y busca motivar al fast fashion a repensar su modelo de negocio que actualmente se reduce a la producción masiva a precios bajos .
La ley implementa un sistema "eco-puntuación" que evaluará el impacto ambiental de los productos vendidos por las empresas de moda rápida, incluyendo las emisiones, el uso de recursos y la reciclabilidad. A las marcas con las puntuaciones más bajas se les cobrará un impuesto de hasta 5 euros por artículo a partir de 2025, y 10 euros para 2030. La ley también establece que el impuesto no podrá superar el 50 % del precio minorista del artículo.
Y no solo eso, la ley establece que las marcas de fast fashion no podrán publicitarse y que sancionarán a los creadores de contenido e influencers que las promuevan. El proyecto de ley está enfocado en marcas como Shein y Temu, por lo que exime a otras firmas como Zara, H&M y Kiabi de las sanciones más severas.
Sobre la ley, grupos ambientalistas se han declarado en contra pues la describen como una "ambición debilitada". Sobre todo, critican que la ley está enfocada a dos marcas y deja fuera a por lo menos el 90% de la producción y la ropa vendida en Francia. "Estamos muy decepcionados porque, al final, vemos que es la protección económica la que se ha convertido en la fuerza motriz principal detrás de este proyecto de ley. En contraste, al principio había una ambición de mover al sector hacia prácticas más sostenibles", dijo Pierre Condamine, gerente de campaña de Amigos de la Tierra Francia a Euronews .
