Unas horas antes de que Harris Reed presente su tercera colección como director creativo de Nina Ricci , me recibe en su showroom mientras hace la prueba de looks a las modelos para su pasarela. Me dice que ha dormido poco pero está muy emocionado porque esta es la colección que más tiempo ha tenido para preparar y para conocer a la mujer Nina Ricci. Con un año de experiencia en los hombros, está listo para develar su visión completa de la marca. Si bien su primera entrega fue una explosión de color y la segunda de volumen, en esta tercera le da la bienvenida a su lado más noir para liberar la sexualidad sin alejarse del romanticismo.
Nina Ricci presenta a la nueva generación de vampiresas francesas
Al platicarme sobre su inspiración para esta colección, me habla sobre sus referencias: las mujeres parisinas que no le temen a la sensualidad, pero que a través de su ropa denotan su poder interior. Y si esta oración tuviera que traducirse a texturas, serían sin duda las transparencias en elegantes blusas o en looks completos de encaje y por supuesto, en los estructurados looks de imitación de piel de cocodrilo que hacen el papel de armadura de la mujer moderna.
Como dato curioso, históricamente Nina Ricci había vendido con éxito principalmente vestidos, pero desde la llegada de Harris Reed, la sastrería ha ocupado el lugar preferido entre sus clientas.
Es de esperarse, pues parte de la filosofía personal de Reed es la eliminación de los estereotipos de género en el vestir. De esta forma imprime, a su manera, un aura de fluidez que va hacia los códigos masculinos en la hiperfeminidad de Nina Ricci.
Reed me platica también que en su cabeza se tejía la idea de una vampiresa francesa al diseñar. Ergo, el aura sexual que la pasarela transpiraba. Pero no me malinterpreten, no en un sentido de objetivización, sino de liberación. Así vemos aparecer looks en rojo intenso, color de la pasión y otros más en borgoña, uno de los colores predilectos del 2024.
Ojo a los accesorios porque la icónica manzana de Nina Ricci cobra vida en forma de brazalete y aretes, dorados por supuesto, porque también estamos viviendo un renacimiento de los acentos de oro. Lo vemos también en los zapatos, pues Reed ha diseñado un tacón con la forma de un broche que encontró en el archivo de la Maison.
Con esta tercera colección Harris Reed nos demuestra su apuesta por revolucionar a través de su diseño. Su nombramiento en una marca que históricamente nos evoca al romanticismo, es solo una oportunidad para él para reafirmar la feminidad como un statement de empoderamiento.