En París, ni imagines perder la llave de tu casa o romper una tubería, porque te costará una verdadera fortuna. La razón es muy simple, no hay suficientes cerrajeros, plomeros o prácticamente cualquier experto manual en la capital francesa. La ley de economía de oferta y demanda rige la escasez de mano de obra calificada que afecta tanto a casas particulares, como a maisons de lujo.
En las capitales de la moda todos persiguen el sueño, pero nadie quiere meter las manos, literalmente. Resulta difícil imaginar que empresas como LVMH , Kering o incluso Hermès tengan dificultades para contratar nuevo talento, pero la realidad es que los artesanos están envejeciendo y son cada vez menos los jóvenes que se interesan a la alta costura , marroquinería, joyería o relojería.