
El fundador de Diesel apostó por Glen Martens confiando en su visión divertida y su forma retorcida de ver el mundo, la cual plasmó perfectamente en un cortometraje dirigido por Frank Lebon y música de Leon Vynehall, con una alucinante historia que difumina realidad y sueño. Un concepto un poco abstracto que presenta una estética dinámica con una vibra de videojuego .
Sumergiéndonos completamente en esa realización desconcertante que todos hemos vivido en una fiesta (y que podría ser una analogía de este despertar creativo), Martens se inspiró en la identidad de la propia marca en los años 90, para llevarnos de la mano de una protagonista de pelo rojo que corre por las calles con un look muy Diesel de baggy jeans con botas de denim incorporadas y una t-shirt blanca asimétrica.
