Si bien la muerte de Maurizio no tuvo ningún impacto administrativo en el Gucci de los años 90 puesto que ya había vendido en 1993 sus acciones al socio minoritario Investcorp, fue impactante a nivel emocional para el personal de la empresa como Domenico De Sole , que con Tom Ford como director creativo , preparaba la marca para convertirse en un fenómeno global.
El escándalo no manchó el nombre de la marca, al contrario, dio paso a la nueva popularidad de Gucci y a un inesperado aumento de ventas. El año que murió Maurizio, la empresa se hizo pública en las bolsas de valores de Nueva York y Ámsterdam, y Tom Ford presentó su célebre colección de otoño/invierno 1995, que pasó a la historia de la moda con sus pantalones de terciopelo a la cadera y camisas satinadas.