El año pasado fue un periodo difícil para todas las industrias, y la moda no fue la excepción, enfrentándose a una carrera para adaptarse las nuevas circunstancias del confinamiento y tratar de comprender el inesperado y drástico cambio en el comportamiento del consumidor, que del día a la mañana abandonó la ropa formal y restrictiva para darle prioridad a la libertad y la comodidad.
Se cancelaron muchos de desfiles y la gente se vio obligada a permanecer encerrada en casa, lo que desaceleró rápidamente el sistema de la moda y alteró significativamente la jerarquía del mercado, pero lo que es seguro, es que el espectáculo de la moda debe continuar y comenzamos a ver indicios de recuperación en el sector de lujo, como la preferencia de México por Gucci.